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Almuñécar contra la corrupción

La voz de 813 ciudadanos

La voz de 813 ciudadanos

Jesús García Blanca. Responsable de Organización

 

Aunque no es la única forma prevista por la ley, la voz de los ciudadanos está presente en el pleno a través de los representantes que eligieron en las urnas. Y aunque un Alcalde tiene un amplio margen para ejercer la intolerancia, existen múltiples mecanismos de control que permiten fiscalizar su labor y limitar actitudes despóticas –máxime cuando el partido que sostiene su gobierno dispone de 10 concejales frente a 11 de la oposición. 

En Almuñecar, sólo los 813 ciudadanos que votaron a Izquierda Unida escucharon su voz en el último pleno. El resto de los votantes, se limitó a ver como sus representantes permanecían en silencio y levantaban la mano, en los temas urbanísticos para dar legitimidad a decisiones irregulares propuestas por la Alcaldía, y en el último punto –que ni siquiera se atrevieron a leer en voz alta- para asegurarse sus salarios y prebendas traicionando acuerdos previos y pisoteando a los grupos con menor representación a cambio de vaya a saber qué. 

Si uno tiene que pronunciarse sobre el contenido de un documento, lo lógico es que se le facilite, y que pida que la decisión se posponga hasta que esté disponible. Si le piden a uno el visto bueno para hacer cambios que la ley dice que no puede hacer un Ayuntamiento, es de cajón votar que no y decir que lo contrario es ilegal. Si le piden a uno que apruebe un plan para construir en un lugar en el que aún se está pendiente de que la administración del Estado diga si se puede construir o no, parece razonable que uno diga que se ha empezado la casa por el tejado. Si le dicen a uno que colabore para dar vía libre a un proyecto de espigón que tiene numerosas implicaciones técnicas en relación con el comportamiento del mar y no se le presentan estudios técnicos que avalen ese proyecto, lo natural es pedirlos y esperar a analizarlos para tomar una decisión. 

Pero nada de esto les pareció lógico ni al concejal del PA –que se abstuvo en todas las votaciones y no dijo ni mú- ni a los concejales del PP y del PSOE que ni explicaron sus votos a favor, ni contestaron a las peticiones de IU, ni defendieron las suyas propias. 

Durante años, estos dos partidos se han quejado de que las actitudes antidemocráticas del Alcalde les impedían hacer oposición. Desde el jueves, esa coartada se les ha terminado. 

Izquierda Unida demostró que, por muy prepotente que sea un Alcalde, se puede analizar la documentación de los asuntos del pleno, plantear alternativas, exigir que las cosas se hagan correctamente y conforme a la ley, argumentar por qué se vota esto o aquello y en definitiva cumplir con el compromiso que se tiene con los votantes y hacer el trabajo al que uno se comprometió cuando se presentó a las elecciones.

 

813 ciudadanos ya han comprobado lo que significa ese compromiso.

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