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Almuñécar contra la corrupción

Greenpeace sitúa a Almuñécar y Motril como "puntos negros"

Greenpeace sitúa a Almuñécar y Motril como "puntos negros"

El urbanismo "desaforado" de Almuñécar y la contaminación por el desarrollo industrial de Motril figuran como "puntos negros" en el último informe que la organización ecologista Greenpeace ha elaborado de la comunidad andaluza. Si en anteriores informes sólo aparecía Almuñécar como ejemplo del "urbanismo salvaje", en esta ocasión, los ecologistas incluyen al vecino Motril como "zona de preocupación ambiental".

En dicho análisis se alude a las empresas del sector químico, a la central térmica de cogeneración y a la papelera perteneciente al grupo Torraspapel como negocios con un "potencial contaminante importante". Greenpeace recuerda que la Agencia Europea de Medio Ambiente señala a Motril como una de las "zonas de mayor preocupación ambiental" por contaminación al mar Mediterráneo.

Torraspapel, propietaria de la central térmica de cogeneración destinada al abastecimiento eléctrico en la producción de la pasta y el papel, figura como la planta más contaminante de la provincia de Granada. También se pone en entredicho el tratamiento que Torraspapel hace del agua utilizada en el proceso de producción y que, según los datos de Greenpeace, no impide que todos los años se viertan en las aguas del Mediterráneo 369.000 kilos de carbono orgánico, 2.660 kilos de compuestos derivados del cloro, y cientos de kilos de fósforo, nitrógeno, además de otros productos cancerígenos que no se degradan en el medio ambiente.

En el capítulo urbanístico, Greenpeace centra sus críticas en la política urbanística del Ayuntamiento de Almuñécar. Recuerda que los destrozos ocasionados por los 180 litros por metro cuadrado que cayeron en septiembre del pasado año obedeció en buena parte a la invasión de las ramblas. "El ladrillo ha conquistado la costa granadina", censura Greenpeace, al tiempo que menciona la decena de expedientes sancionadores abiertos por la Delegación de Medio Ambiente en los últimos tres años a causa de la invasión de la servidumbre de protección o de tránsito y dominio público marítimo terrestre.

"El desaforado urbanismo impulsado por el consistorio explica buena parte de este desastre", precisa el citado informe, donde se mencionan los 54 acuerdos urbanísticos impugnados por la Junta desde 2000, de los que 14 cuentan con sentencia a favor de las tesis de la administración autonómica. A juicio de Greenpeace, todo ello es consecuencia del urbanismo "desmedido" impuesto por el alcalde, Juan Carlos Benavides.

1 comentario

antonio garcia -

Juan Carlos Benavides Yanguas tendrá más trapos sucios que Roca,Cachuli y Jesús Gil juntos. ¿Lo estarán investigando o qué?