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Los girasoles ciegos

Los girasoles ciegos
Antonio Roldán Muñoz. Alcalde de Conil

Un personaje del magnifico libro de Alberto Méndez dice “Estoy desorientado como los girasoles ciegos…. Como una sombra fugitiva”. Así se siente la izquierda la izquierda transformadora hoy, desorientada.

Actualmente celebramos en IU un debate asambleario sumamente interesante, desde las asambleas locales hasta la asamblea federal. Todos los militantes tendrán la oportunidad de dar su opinión y conocer la de los dirigentes u otros compañeros/as. Independientemente de los matices o diferencias de los distintos documentos a debatir, me gustaría señalar el contexto en el que nos movemos. En Europa vivimos un periodo de hegemonía cultural y política del neoliberalismo, del capitalismo más radical con una fuerte presencia de la derecha y extrema derecha en los gobiernos, con un retroceso ideológico de la socialdemocracia o socialliberalismo, que asume con más naturalidad las tesis neoliberales, y con una izquierda transformadora fragmentada, desorientada y, en la mayoría de los países extraparlamentaria. Estos retrocesos en España, Italia, Portugal, Francia…nos deben llevar a reflexionar sobre lo que esta ocurriendo.

 

Desde mi punto de vista hay una perdida de referentes ideológicos desde el fracaso de un modelo de implantación del socialismo, el real o soviético. Con la caída del muro de Berlín se evidencia el fracaso de un modelo alternativo al capitalismo. A la izquierda ya no le vale la nostalgia de lo que nunca más vendrá sino trabajar por un nuevo modelo de socialismo, que algunos llaman del siglo XXI, y que supere al capitalismo depredador. Que nadie se engañe no ha fracasado el socialismo o comunismo, como concepto y objetivo a conseguir de sociedad justa e igualitaria, sino un modelo de implantación que por variadas razones hizo imposible el sueño y las luchas de muchas generaciones. A la Izquierda le corresponde en esta parte del mundo resistir mientras inventamos el socialismo del siglo XXI.

Ahora que vivimos en una época de crisis económica tremenda, los trabajadores necesitan de una izquierda fuerte y unida que sea su referente y que manifieste claramente que la alternativa al capitalismo financiero no es el capitalismo productivo sino el socialismo democrático. Los mismos que crearon el problema no pueden ser parte de la solución.

Aunque la izquierda debe recoger lo que de positivo han tenido las experiencias y conocimientos legados a través de siglos de historia de lucha de las clases oprimidas, debe tener en cuenta las nuevas realidades: la esquilmación de los recursos naturales finitos, las nuevas tecnologías, los avances biogenéticos, las nuevas formas de comunicación...etc.

Estamos, dicho de manera metafórica, en primaria, aprendiendo a construir una alternativa a esta sociedad injusta e inmoral. Siempre el método natural de aprendizaje debe ser el tanteo experimental, el ensayo y el error, las aproximaciones sucesivas. Aprendiendo de lo que ocurre en otros países que avancen hacia otro modelo de desarrollo, de experiencias en ciudades y colectivos, del movimiento alterglobalización, etc. Resistir aprendiendo, pues no existen manuales, ni biblias, ni profetas. Sino unos principios inalterables y acumulación histórica de fracasos y victorias parciales. Gramsci diría “cuando lo viejo ha muerto y lo nuevo no termina de nacer”.

Llegados a este punto, lo que tendríamos que debatir en IU es si esta organización es capaz de aglutinar a todas las gentes de izquierda que existen en nuestro país, los que ahora militamos y los miles que están en sus casas desencantados, esperando una alternativa ilusionante. Creo que IU hace falta más que nunca, pero debe hacerse habitable para que comunistas, socialistas, ecologistas, anarquistas, cristianos de base, independientes, etc... vuelvan a confluir con un programa común y unidad de acción. Hacer de IU un movimiento político y social plural, anticapitalista es nuestro reto.

Útil para los trabajadores y trabajadoras de nuestro país y no un cero a la izquierda.

Sabemos que vivimos en un mundo que nos produce contradicciones, incluso internas.Los clásicos la llamaban contradicciones en el seno del pueblo, pero nuestro deber es superar constantemente las contradicciones, como ya dijo Carlos Marx.

El escritor italiano Italo Calvino de manera metafórica hacia la siguiente reflexión:”El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es riesgosa y exige atención y aprendizaje continuos, buscar y saber quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure y dejarle espacio”.

El debate en IU debe servir para dejar de estar desorientados, como los girasoles ciegos.

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