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Almuñécar contra la corrupción

A Convergencia tampoco le gustaba mucho como iba la Mancomunidad

A Convergencia tampoco le gustaba mucho como iba la Mancomunidad

En el boletín oficial de convergencia, un individuo que pone como foto una silueta negra y del que tan solo sabemos que no sabe escribir, insertó hace varias semanas un articulito de opinión en el que, a pesar de lo difícil que resulta leer esta serie de frases inacabadas y mal construidas, se dejan entrever unos celos tremendos del señor Benavides hacia el señor Rojas. Igual el futuro nos depara alguna sorprensa acerca de la actuación del vicepresidnete de la Mancomunidad. Incluimos aquí este articulito de la silueta anónima para conocimiento de nuestros lectores. Suponemos que refleja bien la confusa opinión del alcalde de este pueblo hacia un presidente que votó pero que cuenta poco con él. 

Despropósito mancomunado

La tan desprestigiada administración comarcal como consecuencia de los anteriores y sucesivos mandatos con inoperantes gobiernos presididos por el PSOE, que desde su existencia se ha limitado a la administración del ciclo integral del agua, de forma indirecta, pues es una empresa privada (Aguas y Servicios) quién en realidad la gestiona, y con la única excepción de la consecución por parte del área de Turismo (al frente del cual entonces se encontraba el actual alcalde de Almuñécar) de 960 millones de las antiguas pesetas, para el desarrollo de su Plan de Excelencia, cofinanciado por la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía (tampoco gobernada entonces por los socialistas, y estando al frente de la delegación de Granada precisamente una almuñequera) entre los años 2000 y 2005, tampoco levanta cabeza con la ¿presidencia? del P. P.

Una presidencia que cuestionada desde el mismo momento de su elección no ha permitido hasta ahora que se visualice un gobierno fuerte y efectivo que permita que esta administración comarcal tenga un verdadero sentido practico para los ciudadanos, más allá de una mera representatividad política sin contenido. No parece de recibo que un presidente cuya elección fue impugnada y sobre la que existe una sentencia en primera instancia en contra de su validez, que posteriormente anuncia a todos los medios de comunicación su dimisión o auto suspensión de funciones (no quedó muy claro el procedimiento pero sí el concepto) hasta que se produjera sentencia firme sobre aquella esperpéntica doble elección, en la que hay que recordar que en la primera votación secreta se "fugó" un voto popular a las filas socialistas, que fue "recuperado" por los populares en la segunda votación al hacer voluntariamente públicos los votos, lo que imposibilitaba el anonimato del autor del voto traidor; siga ejerciendo la presidencia sin contar con sus teóricos socios de gobierno incluso organizando jornadas de tamaña trascendencia como las del Plan Subregional de la Costa Tropical bajo el amparo de la propia Mancomunidad, pero con la participación única y exclusiva en sus ponencias de los técnicos municipales del Ayuntamiento de Motril, lo que demuestra su preocupación por el resto de la comarca.

Creemos que el Sr. Rojas, seguramente mal  aconsejado por su jefe de gabinete en la Mancomunidad, el todavía (!inverosímil!) portavoz del grupo popular en el Ayuntamiento de Almuñécar y tradicional aliado del PSOE en los plenos de la localidad sexitana, actúa a la espalda de sus leales compañeros de gobierno de Almuñécar y Salobreña, y por lo tanto cometiendo el grave error de no aglutinar a los tres municipios principales de la Costa Tropical a la hora de poner encima de la mesa planteamientos conjuntos para la ordenación comarcal del territorio en lo que se refiere a infraestructuras de comunicación, abastecimiento de servicios, y todos aquellos planteamiento que pudieran ser objeto de recogerse en el Plan Subregional de nuestra costa entre los que cabe destacar los tan deseados puertos deportivos y campos de golf. No debería el Sr. Rojas perder una oportunidad de consenso de este calibre por dejarse llevar por las supuestas intrigas de alguien cuyo objetivo principal es poner trabas al desarrollo de Almuñécar, anteponiendo sus intereses políticos (ni siquiera los de su partido) a los de los ciudadanos, utilizando todos los medios a su alcance y en este caso su cargo en la Mancomunidad y la candidez del presidente que le mantiene su confianza. Un voto "traidor" en el Pleno y un "garbanzo negro" en el equipo de gestión pueden dar al traste con la esperanza de que una administración comarcal, por fin no gobernada por el PSOE,  pueda resultar útil a los ciudadanos. Y sino al tiempo.

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