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Almuñécar contra la corrupción

Las multinacionales ya no anuncian yogur griego ¡porque ponen de una mala leche! ¿Se ha fijado?

Las multinacionales ya no anuncian yogur griego ¡porque ponen de una mala leche! ¿Se ha fijado?

Pack de tres, yogur, tortilla y cocido, ampliable: El pack de tres tiene: el yogur griego, la tortilla de patata española y el cocido portugués, de momento.

Los banqueros no temen que ante la crisis tengan que devolver lo robado y bien guardado en los paraísos fiscales, que son ilegales y todo lo demás. Por ellos pasa el 50% del dinero que corre por el mundo y la OTAN no los bombardea, fíjense, tan fuertes se sienten que han pedido a sus camareros y cocineros, esos que llamamos eufemísticamente gobierno, que les vayan preparando el segundo plato, ¿tortilla española, de patata como debe ser, o cocido portugués?
Se les ve con ganas de comer, están en las copas y armando ruido. ¡Liberalización del mercado de trabajo!, que es como la liberalización del mercado financiero: a robar y a matar de hambre a los que no se defiendan suficientemente. Y en el Estado español el abandono organizativo e ideológico ha desmembrado al conjunto de los trabajadores, aquí tienen una víctima propiciatoria. Se lo van a comer todo, todito, todo.
Si ustedes ponen atención se van a dar cuenta de que han retirado de la televisión y demás, los anuncios de yogur griego: sí, se lo han comido, pero según las últimas noticias, parece que les ha sentado mal, tienen una mala digestión, el yogur se resiste dentro de la barriga del banquero. Los camareros y cocineros del FMI, llamados eufemísticamente gobierno, miran de soslayo y preparan la tortilla y el cocido tratando de hacerla más digestiva al señorito.
Ahora vamos a observar las leyes que rigen, lo expresado en los hechos, dos partes bien conjugadas que la razón de bastante gente no entiende, y eso que su proyección social ocupa el interior y el exterior de nuestras vidas, es así de contundente y perfectamente claro: la Ley que sostiene el capitalismo es la Ley de leyes, está por encima de la Constitución y sus ambigüedades.
La Ley de leyes del capitalismo dice que el dueño de los medios de producción y del dinero tiene todo el derecho a obtener el máximo beneficio a costa de lo que sea, hacer crecer el capital es el objetivo, que para eso el dueño de los medios de producción y del dinero que ha creado el sistema capitalista. Una explicación fácil: si para ello se tiene que llevar las empresas a otro sitio donde se paga menos a los trabajadores y tienen menos derechos o no tienen, se las llevan. Están diciendo: volveremos cuando aquí los trabajadores cobren menos que en Marruecos, que en México, que en Colombia, o China.
Ahora bien, aquí les queda por comerse lo que se llama el Estado. El Estado es la hucha de la población en general, y en particular la hucha de los trabajadores. Como la Ley de leyes del capitalismo es la acumulación de riqueza en manos del capitalista se comerán el Estado y nos dejarán el nombre, y el nombre vacío terminará por ser un estorbo, después la burguesía, cada sector con espíritu nacional, querrá quedarse con su trozo, en éste caso de tortilla de patata.
Ejemplo palmario de cómo los camareros y cocineros, llamados eufemísticamente gobierno, le sirven el Estado al capitalismo para que se lo coma: los huelguistas de Radio Televisión Española declaraban que el gobierno está descapitalizando la empresa tomando decisiones como la de relegar a la plantilla de sus funciones y en su lugar ha ido poniendo a empresas privadas que se pagan con el dinero público, con la hucha del pueblo.
El ejemplo vale, como el de llevarse las fábricas, desindustrializar, hacer volver a un mundo perdido a los trabajadores. Van dejando vacío el Estado y seguirán hasta que solo quede el cascarón, rapiñan todo lo de dentro, lo que antes eran beneficios o ingresos, que bien pocos eran porque robaban como buitres, quedaban en previsión de mejoras, ahora es para beneficio de las empresas multinacionales y bancos.
La sangría es abundante, las sanguijuelas y garrapatas seguirán chupando hasta que no haya ni una gota o hasta que en el cuerpo afectado haya una reacción y se los quite de encima, hasta que los trabajadores respondamos: ya hay 4.612.000 parados reconocidos, sin contar el subempleo y quienes ni pasan por las oficinas del INEM.
¿Qué estará en sus pack de tres, comerse primero la tortilla española o el cocido portugués?
Los cooperadores necesarios para que el capital nos deje sin sangre les habían venido preparando el terreno para sacar beneficios hasta ahora, pero el salto que quieren dar necesita un marco nuevo para el que el ave bicéfala PSOE-PP sabe cual es su labor: mientras una cabeza habla de calma y buenos modales, la otra grita y espanta, dos cabezas parlantes que contaminan los oídos y el pensamiento de muchos trabajadores.
Ninguna de las dos está dispuesta a que se cambie el modelo social, a que se lleve a cabo un nuevo modelo productivo, a que se pongan impuestos justos, a que los más débiles no paguen los destrozos de los capitalistas. Son camareros y cocineros para su amo, y preparan la tortilla o el cocido quitando las viandas al bien social. Su teoría es que si los bienes son de uno eso es un disfrute, y que si los bienes son de todos, eso es una carga. Sin embargo en todas las casas de los trabajadores se sabe que si los bienes son preservados por todos para todos, entonces son un disfrute y, si los bienes son para uno solo, entonces es una carga para los demás.
Ya hay voces que piden huelga general. Las multinacionales han dejado de anunciar yogur griego ¡porque pone de una mala leche!

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