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Almuñécar contra la corrupción

PERDON, PERO NO CONSIGO SUMARME A LA FIESTA POR LA MUERTE DE BIN LADEN

PERDON, PERO NO CONSIGO SUMARME A LA FIESTA POR LA MUERTE DE BIN LADEN

Eberhard Grosske

Pues no, no me puedo sumar a la oleada de euforia que ha despertado la operación de comando que ha acabado con la vida de Bin Laden. Pero antes de que ésto sirva de base para que el Supremo ilegalice la candidatura de EU al Ayuntamiento de Palma (o antes de que el Supremo ilegalice a la misma EU) me gustaría explicar por qué.

A mis 55 años tengo más claro que nunca que no pienso alegrarme en ningún caso de que una persona muera violentamente a manos de otra persona:  ni por aplicación de la pena de muerte ni en operación militar alguna; ni por venganza ni por supuesta justicia; ni por Dios ni por Alá.

Sé que ésto me distancia de todos los líderes y medios de comunicación mundiales que en estos mismos instantes están haciendo carreras para mostrar su satisfacción por la muerte de Bin Laden, pero también sé que ésto me coloca a mayor distancia de un miserable como Bin Laden  de lo que puedan estarlo quienes hoy bailan alegremente sobre su tumba: éste es mi consuelo y el refugio que me da seguridad

Los asesinatos selectivos de líderes políticos son escasos en número (afortunadamente) y suelen tener un efecto boomerang: galvanizan a su entorno político y social y los convierte en mitos poco menos que indestructibles. En todo caso no tienen un peso decisivo en los procesos políticos de fondo  En cambio los "anónimocidios" se cuentan por decenas de miles cada día en un montón de conflictos de los cuales la opinión pública ni siquiera tiene la ocasión de enterarse.

Por otra parte, lo que sí me parece una ley sociopolítica ineluctable es que "en esto de matar, todo es empezar". Salvando las distancias, la muerte de Bin Laden responde a la misma lógica que el intento frustrado de asesinato de Gadaffi llevado a cabo por la OTAN con la colaboración activa del gobierno español (un intento de asesinato ilegal e inmoral y que se ha cobrado como víctimas colaterales la vida del hijo del dictador y de tres niños de corta edad). Me pregunto si ETA y su entorno no estarán haciendo chistes sobre si lo mejor para poder presentarse a las elecciones es comprarse un bombardero y renunciar a las operaciones terrestres

En fin, que yo me bajo de este tren. Me encontraréis tranquilamente sentado junto a la estatua de Ramon Llull, ésa que mencioné en un artículo reciente y cuyo pedestal reza la siguiente frase del monje mallorquín: "Justitia procurat pacem et injuria bellum". Y de ahí no me van a sacar

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