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Almuñécar contra la corrupción

5.000 personas toman las calles de Granada para exigir «democracia real, ya»

Ideal

No reivindican siglas políticas ni piden el voto para un partido. Quieren democracia real, donde exista una verdadera participación y donde los intereses económicos y de poder no sean los que muevan los destinos de la sociedad.

Fue una sorpresa para todos los que pasaban el domingo por Constitución, Gran Vía y Reyes Católicos. Casi 5.000 personas, según datos de la Policía Local, tomaban las calles para convertirlas en una fiesta de la democracia, la solidaridad y la búsqueda de una sociedad más justa. Jóvenes y mayores se sumaban a las convocatorias realizadas, vía redes sociales, ONGs, plataformas ciudadanas y otros foros.

En medio centenar de ciudades de toda España y Europa, entre ellas París y Roma, las gentes se echaban a la calle. «Estamos cansados de ver como la clase política utiliza a la sociedad para sus propios intereses», decía uno de los organizadores de la manifestación en la capital granadina, que explicaba que no hay signos políticos. «Hemos pedido a los asistentes que no exhiban carteles o simbologías de partido, porque aquí cada uno es de donde quiere, pero la manifestación es apolítica».

La fiesta empezó a las seis de la tarde en La Caleta y comenzó a andar hacia la Plaza del Carmen. Nadie podía esperar que grupos de decenas de personas fuesen llegando, poco a poco, con esperanzas de conseguir una sociedad más equilibrada, donde el paro no atenace a las familias y donde los juegos de poder no hundan a los ciudadanos. La manifestación, sin caras conocidas al frente, se iniciaba con una pancarta en la que se había expuesto el lema 'Democracia real, ya' y la frase: «No somos mercancía en manos de políticos y banqueros». Detrás de la pancarta centenares de personas, bailando al sonido de un grupo de batukada que marcó los ritmos de la manifestación en la que el amarillo era el color de la reivindicación. Gritos en contra de la situación de crisis, e incluso del uso partidista de los votos de los ciudadanos, con frases como «Mi voto no es tu negocio» y «No hay pan para tanto chorizo».

Los asistentes a la manifestación tienen peticiones concretas que encabezan con la eliminación de los privilegios de las clases políticas, a quienes echan en cara sus exenciones de impuestos, los pocos años de cotización para tener una pensión y sus altos salarios. También quieren una lucha real contra el desempleo y la jubilación a los 65 años, además de reivindicar el derecho a una vivienda digna. De hecho, la mayoría de los asistentes eran jóvenes de entre 18 y 30 años, que pedían, a gritos, una lugar para vivir, ayudas para el alquiler, y menos usura por parte de los bancos, a los que exigen que la entrega de la casa cancele las hipotecas. En este sentido, reivindican un mayor control sobre las entidades bancarias, además de una lucha efectiva contra el fraude fiscal.

La democracia, para los miles de personas que ayer tomaron las calles de la capital, tiene que ser participativa y no marcada por intereses de partido.

En esa línea pedían la supresión del control sobre Internet, y por consiguiente, la derogación de la Ley Sinde, además de ponerse en marcha consultas populares para temas de gran calado y que afecten a la sociedad en general.

 

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