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Almuñécar contra la corrupción

IU pide que se muestre el acuario al pueblo de Almuñécar

IU pide que se muestre el acuario al pueblo de Almuñécar

Los concejales de IU han visitado el acuario acompañados de varios técnicos municipales. En la visita han podido comprobar el lamentable estado de unas instalaciones que sólo llevan cinco años abiertas al público.

El acuario está mucho peor de lo que nadie se puede imaginar. No sería bueno para la ciudadanía que esta situación quedara difuminada tras unas vagas declaraciones de responsables políticos. El desastre que hemos visto en el acuario deberían verlo todos los ciudadanos del municipio para que la gente sepa de qué manera tan grosera se dilapida el dinero del contribuyente. Por ese motivo, IU ha pedido a Luis Aragón y a Trinidad Herrera que organicen lo antes posible una serie de visitas guiadas para todas las asociaciones del pueblo; especialmente las AMPAS, para que los padres y madres vean en qué instalaciones han estado sus hijos.

En la visita hemos encontrado enchufes a quince centímetros de altura, con el suelo lleno de agua y la pared completamente húmeda. Hay también numerosos cuadros eléctricos de grandes dimensiones sin toma de tierra.

El pasillo por el que pasean los visitantes es un suelo flotante colocado medio metro por encima del suelo de obra. Si uno levanta una de estas losetas del suelo flotante puede ver que lo que hay bajo nuestros pies es en realidad un estanque con quince centímetros de agua que nadie sabe de dónde se filtra. Para sostener las losetas sobre las que se pisa hay unas estructuras metálicas a modo de caballetes que están completamente podridas por el óxido. Ya es grave que se haya hecho una obra de diez millones de euros sin impermeabilizar, pero resulta incomprensible que estos caballetes que soportan el suelo flotante se hayan hecho de hierro. En algunos puntos del recorrido, las losetas ya han sido casi atravesadas por el hierro podrido del caballete con lo que se corre el riesgo de romper la loseta al pisar y caer desde medio metro de altura sobre uno de esos hierros oxidados.

IU no entiende cómo los técnicos municipales que dirigieron la obra pudieron dar el visto bueno a una barbaridad semejante.

Para solventar esta situación, día y noche funcionan varias bombas que arrojan agua de forma continua al exterior.

IU considera un despropósito que, para traer el agua salada tuvieran más de un año a los bomberos dando viajes de agua desde el Aquatropic para finalmente poner una tubería de varios kilómetros que va desde el Aquatropic al Acuario. En el colmo del despropósito, esta toma de agua ha funcionado durante varios años de forma exagerada de tal manera que llegaban millones de litros de agua al acuario y como no era precisa más que una pequeña cantidad, lo mismo que llegaba del Aquatropic se arrojaba al exterior la mayor parte del agua. Esto, aparte de un despropósito ecológico, suponía un tremendo gasto energético ya que se tenían en funcionamiento continuo unas bombas que en realidad sólo tendrían que haber funcionado cuando había necesidad de agua para renovar los acuarios.

Por otro lado, hemos podido comprobar que mucha maquinaria está sobredimensionada, es decir, que se han instalado bastantes más elementos de los que son necesarios para un acuario de estas dimensiones. Hay también en el acuario, pagado con nuestro dinero, una gran cantidad de maquinaria que se ha deteriorado sin llegar a utilizarla nunca porque se había instalado defectuosamente o porque le faltaban algunos elementos. La única explicación posible a este despilfarro es que la empresa que construyó el acuario es la misma que vendía este tipo de maquinaria.

En la visita, los técnicos han explicado que nuevamente, por tercera vez, habrá que cambiar el aire acondicionado ya que el último que se colocó, comprado a la empresa Angara, tampoco funciona adecuadamente.

Los defectos en la construcción del acuario los sufrían especialmente los trabajadores que desde el primer día han estado trabajando en unas condiciones lamentables. Como muestra, tenemos un lugar de trabajo, de esos que no ve el vistante, en el que un empleado tenía que entrar varias veces al día completamente agachado por una rampa de plástico habilitada como escalera para acceder a un espacio con una altura de sesenta centímetros.

En conclusión, estamos ante una instalación mal diseñada, con un coste elevadísimo, con una ausencia total de controles técnicos y con un abandono de las instalaciones que sólo puede entenderse si el concesionario del acuario ya tenía en mente este final cuando se quedó con un negocio por el que cada año ha recibido del ayuntamiento más de cuatrocientos mil euros, más lo que haya obtenido por la venta de entradas.

Ahora, es previsible que el ayuntamiento, es decir, todos nosotros, tenga que gastarse una cantidad superior a los trescientos mil euros para parchear estas instalaciones y volver a abrirlas al público. Por ese motivo, es conveniente que la sociedad almuñequera pueda ver con sus propios ojos este desastre, este robo a mano armada a nuestros impuestos y desenmascarar así a aquellos que dilapidan nuestro dinero sin ruborizarse y, además, pretendiendo dar lecciones de gestión.

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