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Almuñécar contra la corrupción

El PP tumba, pesa al apoyo del resto de grupos, la Proposición de Ley de IU para devolver al Sistema Nacional de Salud al cerca de 1 millón de personas expulsadas por la reforma del Gobierno

El diputado y portavoz sanitario del Grupo Parlamentario de IU, ICV-EUiA, CHA, Gaspar Llamazares, advierte de que el Real Decreto 16/2012 de Ana Mato “se ha convertido en la peor epidemia sufrida por el sistema sanitario español y por los ciudadanos en los últimos años”
 
Intervención íntegra de Llamazares para defender su proposición de ley que logró 149 votos a favor y 170 en contra

Señor presidente, señorías, tiene cáncer pero no sabe qué tipo y no recibe tratamiento; tuvo un ictus, quedó hemipléjico y no recibe tratamiento ni seguimiento; es operado tras un accidente laboral y no vuelve a pasar ninguna revisión; una mujer víctima de la violencia de género no recibe ninguna asistencia sanitaria; embarazada de siete meses que no ha recibido seguimiento; embarazada que no es atendida y cuando es atendida recibe una factura.
 
Señorías, esos son los rostros de la aplicación del Real Decreto 16/2012. Son 20 rostros que nos presentó una organización no gubernamental, Médicos del Mundo, a la Mesa y Portavoces de la Comisión de Sanidad; 20 de los 700 rostros que esa organización ha recopilado a lo largo de la aplicación -poco más de un año- del Real Decreto 16/2012, de sostenibilidad del sistema sanitario -eso dicen-, aunque habría que llamarlo el ‘real decreto de la insostenibilidad de la salud de los ciudadanos’.
 
Esta es la principal razón para que mi grupo parlamentario, al igual que otros grupos durante esta legislatura, traiga a esta Cámara la necesidad de recuperar lo mejor de nuestro sistema sanitario; o mejor dicho, la necesidad de regenerar nuestro sistema sanitario ante la degeneración que ha supuesto el Real Decreto 16/2012 para la atención sanitaria en nuestro país. Es verdad que hay cosas que cambiar, pero las que funcionan bien no hay que cambiarlas; las cosas que funcionan bien, sobre todo si tienen que ver con la seguridad, si tienen que ver con la salud de la gente, en condiciones de crisis económica hay que consolidarlas, hay que fortalecerlas.
 
El sistema sanitario, que funcionaba bien, ha sido sometido a un recorte sin precedentes con consecuencias dramáticas. Dice este libro, ‘La austeridad mata’ -se lo recomiendo-, que si algunas reformas sanitarias fueran un ensayo clínico no pasarían el informe del comité ético y serían puestas por él en manos de la Justicia. En este caso, la reforma sanitaria en España no pasaría un comité ético y sería puesta en manos de la Justicia para valorar sus resultados en términos de calidad de vida, de atención a la salud y también de pérdida de vidas.
 
Mi grupo parlamentario, pues, propone a esta Cámara recuperar el carácter universal como derecho ciudadano del sistema sanitario español, porque estamos convencidos de que el sistema sanitario, el Sistema Nacional de Salud, el sistema de cobertura universal, el sistema accesible, el sistema financiado por Presupuestos Generales del Estado es uno de los sistemas o, mejor dicho, era hasta hace muy poco tiempo uno de los sistemas mejores del mundo.
 
La propia Organización Mundial de la Salud consideraba que era de los sistemas con mejores cifras de salud (mejores cifras de años de vida, mejores cifras de esperanza de vida, mejores cifras también de años de vida con capacidad plena). No sólo eso, sino que, además, es un sistema o era un sistema muy bien valorado por los ciudadanos; podemos decir que era la institución pública mejor valorada por los españoles.
 
En tercer lugar, y para desmentir al Gobierno y al Partido Popular, era uno de los sistemas más eficientes de Europa. Comparado con sistemas nacionales de salud, era un sistema de bajo coste; es decir, que para obtener buenos resultados en salud, para ser reconocido por los ciudadanos como un valor, gastaba mucho menos que sistemas sanitarios de su entorno. Como en estos momentos da la impresión de que nos queremos parecer cada vez más a Alemania, en relación ese país teníamos más cobertura, mejores resultados de salud y, además, gastábamos 2 puntos menos del PIB que Alemania en el sistema sanitario.
 
Por tanto, señorías, habrá que cambiar lo que haya que cambiar, pero no cambiar en tiempos de crisis aquello que genera confianza, aquello que genera cohesión, aquello que garantiza la seguridad y la salud de los ciudadanos. Sin embargo, señorías, el sistema sanitario español ha sido objeto de un profundo recorte, a iniciativa de la troika, a iniciativa de la Unión Europea. En este caso no pueden desmentirlo porque previamente sabíamos cuál era el presupuesto del Ministerio de Sanidad, y nos enteramos -por un viaje del señor De Guindos- que finalmente había que recortar 7.000 millones en Sanidad, el 10% del presupuesto sanitario del Estado y, además, más de 3.000 millones en el ámbito de la Educación.
 
Por tanto, es un recorte -podríamos denominarlo así- colonial, que asume sin más el Gobierno del Partido Popular y aplica con bastante falta de fineza, con bastante falta de finura, de tal manera que ese recorte se convierte en una amputación del modelo sanitario público, del modelo del Sistema Nacional de Salud.
 
El principal problema de ese Real Decreto 16/2012, que se convierte en una epidemia, la peor epidemia sufrida por el sistema sanitario español y por los ciudadanos en los últimos años, es en primer lugar que deja de ser un sistema universal, porque excluye en el momento inicial -dice el Gobierno en su informe- a 250.000 ciudadanos de la cobertura del Sistema Nacional de Salud; sin embargo, señorías, a más de un año de la aplicación del Real Decreto 16/2012, sabemos que aquello no era verdad. Era mucho peor de lo que imaginábamos. El plan de reformas que presenta el Gobierno español a la Unión Europea caracteriza su recorte en torno a 873.000 ciudadanos que carecen ya en España de atención sanitaria primaria y, además, que tienen enormes dificultades para una atención sanitaria, para un seguimiento y para una política de prevención sanitaria en este país.
 
Es un tema de la mayor gravedad la exclusión de una parte de la población de la cobertura sanitaria. Esa exclusión supone que una parte de la población que no es solamente población inmigrante sino la que contribuye al sistema, al igual que la población inmigrante, a partir de determinada renta y en determinadas circunstancias, tiene dificultado su acceso al Sistema Nacional de Salud.
 
Lo que era un valor, el sistema sanitario, se convierte para esta población en una preocupación, en un problema; en un problema grave para los que son excluidos, pero también en un problema para una parte muy importante de la población española. Hoy sabemos a cuánto asciende el recorte de personal sanitario y también qué ha supuesto en relación con las listas de espera. Señorías, nada más y nada menos que el recorte de los 7.000 millones -que fueron unos pocos más sumados a los de las comunidades autónomas- en el sistema sanitario ha supuesto la pérdida a mayo de este año de 240.000 empleos sanitarios y de servicios sociales en España. De los 375.000 empleos públicos perdidos, 240.000 son del sector sanitario y del sector de la atención social. Sin lugar a dudas es un resultado que afecta a la calidad de la atención.
 
No es solamente eso, señorías; ya sabemos cómo ha afectado ese recorte a la lista de espera. La lista de espera quirúrgica en estos momentos oscila en un incremento -ya era una lista de espera en aquel momento, hace poco más de un año, bastante larga, y actualmente ha aumentado aún más- entre el 20 y el 47% de aumento de las listas de espera entre comunidades autónomas; en la mayor parte de los casos por encima del 20%.  Se ve que hay un deterioro claro de la accesibilidad, de la calidad, de la atención sanitaria en nuestro país.
 
Hay otro elemento que me gustaría destacar de este recorte. Este recorte no solamente ha producido un ajuste, un cambio de modelo con menos acceso y con más dificultades de acceso para una parte de la población, sino que ha creado un profundo desbarajuste, una profunda desorganización en el sistema sanitario. El Partido Popular adoptó este recorte y otras medidas al grito de ¡Viva la igualdad entre territorios! En estos momentos somos más desiguales; somos más desiguales en el acceso a la salud entre ciudadanos y somos más desiguales entre territorios. ¡Qué paradoja! Qué paradoja, señorías, que en estos momentos cada uno en el hospital, en el centro de salud, en Murcia, en Asturias, interprete el real decreto a su modo: uno no trata al paciente -son los menos por suerte-, otro manda una factura, otro deriva al paciente a otro dispositivo sanitario. Esa es la situación que tenemos. Cuando la sanidad no es un derecho y se convierte en un cedazo o bien en un mercado las consecuencias son las que estamos viviendo.
 
Señorías, por otra parte, el Ministerio de Sanidad ha mirado para otro lado en los intereses en el sector sanitario. Existe un problema en el gobierno del Ministerio de Sanidad; un gobierno que es incapaz de afrontar los problemas sanitarios del país. Existe un problema añadido, la desconfianza con el gobierno del Ministerio de Sanidad de que prime, en vez del interés general, el interés particular de aquellos que se benefician y se lucran de la privatización del sistema sanitario. Ese es otro elemento grave en relación con el sistema sanitario en nuestro país.
 
En definitiva, señorías, estamos ante una epidemia provocada por el Ministerio de Sanidad que hay que sumar a la epidemia de la austeridad. En estos momentos también existen ya datos de los efectos de la austeridad en nuestro país. Nuestra alta tasa de desempleo tiene un correlato ya en depresión y en enfermedades psicosomáticas. Han aumentado un 20% las demandas por depresión y enfermedades psicosomáticas en España. También en esta Cámara hemos discutido del suicidio; pues bien a lo largo de las últimas encuestas, aunque parecen que no son ‘valorables’ para el Gobierno, el suicidio ha aumentado un 10% en nuestro país y los intentos de suicidio lo han hecho bastante por encima. Señorías, no es de extrañar que tengamos problemas con la esperanza de vida en España, aunque el Instituto Nacional de Estadística diga que la justificación fue un crudo invierno; parece ser que fue un crudo invierno el primer semestre de 2011 y parece ser que fue un más crudo invierno a lo largo de 2012.
 
Señorías, por todas estas razones nosotros proponemos la recuperación de los rasgos fundamentales del Sistema Nacional de Salud. Sabemos que no es suficiente, que son necesarias otras medidas, pero tienen ustedes que reconsiderar la decisión de excluir a casi un millón de personas del sistema sanitario español; tienen ustedes que reconsiderar también la desorganización del sistema sanitario provocada y tienen ustedes que reconsiderar los efectos de los recortes y los ‘repagos’ en este sistema sanitario. En ese sentido va nuestra iniciativa para recuperar la universalidad, la accesibilidad y la financiación pública del sistema sanitario español; un buen sistema sanitario, uno de los mejores sistemas sanitarios que en nuestra opinión no requiere recortes en condiciones de crisis sino mejoras y consolidación precisamente para proteger a los más débiles. Muchas gracias.

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