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Han bebido por encima de nuestras posibilidades

Correo en el que uno de los directivos de Caja Madrid informa de los vinos sublimes para Blesa

Correo en el que uno de los directivos de Caja Madrid informa de los vinos sublimes para Blesa.

Caja Madrid no escatimaba en gastos para agradar a su presidente. Sólo la bodega reservada a Miguel Blesa está valorada en miles de euros, con algunas botellas que superan los 600 euros y que se pagaban con cargo a la entidad financiera. Lo revelan los correos electrónicos del presidente de la caja de ahorros.

"Estas son las cartas de vino que hemos preparado [...]. Hay una para ti con 'vinos finos' (Château d'Yquem, incluido)", informó en noviembre de 2007 uno de los principales directivos de Caja Madrid, Ildefonso Sánchez Barcoj, a Blesa, que estaba al tanto con anterioridad de la elaboración de la selecta lista. "Se nos va cayendo el pelo de la dehesa", presumía Sánchez Barcoj.

Caja Madrid, que años después tuvo que ser rescatada con fondos públicos, pagaba la lujosa y cara vinoteca de los directivos de la entidad, que reservaba los vinos "sublimes" al presidente, Miguel Blesa. Según revela el correo electrónico enviado por Sánchez Barcoj, existían dos listas bien diferenciadas por la calidad de las bebidas: una destinada al presidente, Miguel Blesa, y otra para los directores. Para ellos había "buenos vinos", pero sin acceso a los "sublimes", que eran "de uso exclusivo de la Presidencia.

El hombre de confianza de Blesa le informó de la exclusividad de su carta de vinos y se la adjuntó en el correo. El presidente disfrutaba de 32 tipos de vino de distintas denominaciones de origen, entre las que destacan Ribera del Duero, Rioja y Sauternes, y cuatro tipos de champán . La carta de los directores contenía los mismos, exceptuando los "sublimes", como Vega Sicilia, Château d'Yquem y dos tipos de champagne (ni Louis Roederer, ni Krug Brut).

Entre los vinos "sublimes" que la entidad reservaba para Presidencia hay dos Vega Sicilia Magnum. El de 1981, cuya añada fue excelente, está valorado en el mercado en unos 680 euros, y el de 1985, en 640, que corrían a cargo de los presupuestos de la caja de ahorros. Los precios son en bodega, pero en un restaurante pueden multiplicarse. El siguiente escalón ronda los 200 euros, la mayoría de ellos de bodegas exclusivas de Ribera del Duero, y también un francés Château d'Yquem que está valorado en unos 220 euros. Las demás variantes tienen precios que van desde los diez euros hasta las cifras anteriores.

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