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Almuñécar contra la corrupción

Y vuelta la burra al trigo

Y vuelta la burra al trigo

Juani Boto. Secretario de Grupo de IU Almuñécar

En estos días hemos conocido como un sin vergüenza (otro más) ha intentado meter la mano en el cajón del pan, en el que tanto se han hocicado algunos políticos con solera de este municipio. Estos últimos, y sus amiguitos “empresarios”, llevan años pensando que el ayuntamiento les pertenece, pasándose por el forro el hecho de que sea dinero público, de todos y todas, lo que gestionan.

El cinismo vuelve a imperar en este caso y aquellos que llevan años expoliando nuestro dinero vienen a dar lecciones de gestión y honradez. Son conscientes de su sinvergonzonería, pero qué más da, lo importante es seguir llenándose los bolsillos a costa de todas y todos, a costa de lo que sea.

Por si hay alguna duda: me refiero a la adjudicación de la construcción, arreglo, o lo que piensen hacer con el mercado.

El debate sobre si una empresa que gestiona o quiere gestionar un servicio es buena, mala, o regular, no es el fondo de la cuestión. Es más, sirve para que cuando “les toca” gestionar el municipio a unos u otros, se tiren los trastos a la cabeza cuando una empresa de las que gestiona cualquier servicio les sale rana, lo cual, también provoca una distracción y aparta el por qué real de este problema.

Cabe recordar que anteriores gobiernos municipales adjudicaron innumerables servicios públicos a empresas que han provocado bastantes problemas en el municipio.

La ciudadanía de este pueblo se acordará de la huelga de la recogida de basuras en la que, por cierto, el gobierno colaboró como contra-piquete para intentar reventar las legítimas reivindicaciones de los trabajadores.

Recordar también el conflicto con la ayuda a domicilio, que provocó enfrentamiento con las trabajadoras y dejó sin servicio a los usuarios.

No dejar pasar la adjudicación de la recaudación a una empresa que tenía innumerables conflictos en diferentes municipios y que, como no podía ser de otra manera, también dejó su impronta en el nuestro pasando al cobro recibos prescritos, sin notificar, y pasando embargos.

Más recientemente hemos tenido el caso del acuario. La gran empresa que iba a poner en funcionamiento las instalaciones dejó sin pagar varias nóminas de los trabajadores. Todo esto sumado a los problemas de construcción, en parte, gracias a las marchas forzadas a la que estaban sometidos los trabajadores de las empresas que tenían adjudicada la construcción del recinto.

No recuerdo si me he dejado algún caso más. Pero en cualquier caso, no deja de ser una consecuencia de una determinada política que desde hace años llevan poniendo en práctica los dos partidos mayoritarios, primero el PSOE y luego el PP, tanto a nivel local, autonómico, como nacional. Esa política es la de poner en manos privadas la gestión de lo que es de todas y todos.

En Izquierda Unida estamos hartos, que no cansados, de recordar que las empresas no son ONG’ S, las empresas están para ganar dinero. Estamos más que acostumbrados a ver como lo hacen bajando costes, bien a costa de bajar salarios o la calidad de los materiales. Es obvio que eso también repercute en la calidad de los servicios que al final recibimos los vecinos y vecinas.

No sé cuántas veces hemos explicado, al margen de la mala calidad prestada y la mala calidad del empleo, que el 21% de IVA más el 20 % de beneficio empresarial se esfuman de las arcas municipales por arte privatizador; peor servicio y más caro.

Es la política privatizadora la que atrae a las personas que no quieren ganarse el pan honradamente, sino a costa, en muchos casos, de los derechos y dineros de los trabajadores y la ciudadanía en general.

Cuando entran las manos privadas en lo público, todo se complica. En el momento que exista cualquier problema y no haya acuerdo entre partes se entra en un laberinto jurídico en el que pueden pasar meses hasta que un juez dirima responsabilidades y se abra una solución al conflicto.

En fin, sigan las demás fuerzas políticas de todo signo y color eludiendo responsabilidades, sigan escarbando en la superficie de los problemas para no cambiar los cimientos de aquellos problemas que ellos mismos han creado, para beneficio propio, partidista, y o el  de los amigotes.

Mientras, muchas personas seguiremos defendiendo lo público, lo que debería ser de todos y para todas. 

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