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Almuñécar contra la corrupción

Emilio Botín, uno de los otros

Emilio Botín, uno de los otros

Rafael Calero Palma

Hoy se ha muerto Emilio Botín. Salen en las noticias tipos que son como él, hablando muy bien de él. Todos van bien vestidos y bien peinados. Todos llevan trajes caros a pesar del calor que arrasa estos días la Península Ibérica. Todos tienen pinta de millonarios. Mejor dicho, todos son millonarios. En opinión de todos estos tíos, Botín era muy buena persona. Y muy buen banquero. Los tíos que opinan esto de Botín son empresarios y banqueros, principalmente, pero también se cuela en la pantalla de mi televisor algún presidente del gobierno, algún jefe de la oposición, el alcalde de Santander, etc. Y Fernando Alonso.  Este está muy triste porque se ha muerto Botín. Según dice en un twit que ha publicado, el banquero y él tenían prevista una excursión en bicicleta por no sé qué lejano país. Qué bonito.

Hoy ha empezado un nuevo curso escolar. En la entrada del cole, saludo a la madre de una alumna. Le pregunto qué tal el verano. Me dice que ha sido una mierda. Que las cosas les van muy mal, Que no pueden pagar la hipoteca y que para hacer frente a la deuda que tienen contraída con el banco (el puto banco, dice ella) han tenido que vender el camión que tenían entre ella y el marido, que era lo que daba de comer a su familia. Y a pesar de todo no ha sido suficiente. Ahora están esperando para que el banco los desahucie. Están tratando de llegar a un acuerdo con el banco para la dación en pago. Pero el banco no está por la labor. Le pregunto con qué entidad tienen la hipoteca y oh, lalá, me responde que con el Banco de Santander. Entonces le digo que Botín ha muerto hace un rato, y ella me responde con una sonrisa y con un lacónico me alegro.

Está claro que para la madre de mi alumna Botín no es ese gran banquero del que hablan los periódicos y la televisión. Está claro que para esta mujer Botín no es más que otro vampiro que se alimenta de la sangre y del esfuerzo de los más débiles. Está claro que en España hay mucha más gente que comparte la opinión de esta mujer que la del jefe de los empresarios. Está claro que Botín no era uno de los nuestros. Está claro que Botín era uno de los otros.

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