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Islandia juzga a su expresidente por su gestión de la crisis

Islandia juzga a su expresidente por su gestión de la crisis

Público

El que fue jefe del Gobierno islandés entre 2006 y 2009, Geir Haarde, se ha vuelto a sentar hoy en el banquillo, acusado de actuar con negligencia durante la gestión de la crisis económica, violando la ley sobre la responsabilidad de los ministros. Además, está acusado de desoír las advertencias que recibió acerca de una inminente caída de los bancos, delitos por los que puede ser condenado a una pena de dos años de cárcel.

El ex presidente está considerado, junto a un pequeño grupo de empresarios y banqueros, como uno de los culpables de la crisis islandesa.

"Rechazo todos los puntos de la acusación y considero que no tienen fundamento", se ha defendido el conservador, que se ha quejado de que ahsta ahora no le habían permitido responder a las cuestiones relacionadas directamente con la acusación.

Haarde ha resaltado que el Gobierno no tenía forma de saber entonces que los bancos islandeses estaban descapitalizados y que, aunque era evidente que debían reducir su exposición, no era tarea de las autoridades obligarlos a ello. "Ninguno de nosotros estimaba que había algo mal con el sistema bancario, como se demostró luego", indicó Haarde.

"Ninguno de nosotros estimaba que había algo mal con el sistema bancario"

En su opinión, tampoco había ningún signo "claro" de que fuera a producirse un "crack" inminente del sector bancario islandés, que luego obligó al Estado a nacionalizar los tres principales institutos crediticios y colocó al país, que tuvo recibir ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), al borde de la bancarrota. Haarde está imputado en total por cuatro delitos, después de que los tribunales decidieran descartar dos de los seis de la acusación inicial, incluido el de negligencia grave.

Señalados como responsables de la crisis

Su comparecencia es la primera de una lista en la que también aparecen figuras clave de su Gobierno, en coalición con los socialdemócratas, y también del actual, que agrupa a estos últimos y al Movimiento de Izquierda Verde, nacido tras las elecciones anticipadas de 2009. Entre ellos figuran el exministro de Finanzas conservador Arni M. Mathiesen y dos socialdemócratas, la extitular de Asuntos Exteriores y exlíder de este partido Ingibjorg Solrun Gisladottir y el que fuera responsable de Comercio Bjorgvin G. Sigurdsson.

Estas tres personas habían sido señaladas como responsables de la crisis, al igual que Haarde, por el informe de la comisión de investigación, aunque el Parlamento al final decidió que sólo el ex primer ministro fuera llevado ante los tribunales. También deberán declarar entre otros la actual primera ministra, la socialdemócrata Jóhanna Sigurdardóttir, y su socio de coalición, el líder "rojiverde" y titular de Finanzas, Steingrímur J. Sigfússon.

E igualmente lo hará el ex primer ministro conservador entre 1991 y 2004, luego presidente del Banco Central y ahora director del periódico "Morgunbladid", David Oddsson, gran impulsor de la política neoliberal que llevó a Islandia al desastre.
Pero Oddsson, al igual que la élite financiera y empresarial islandesa, no ha sido imputado en ninguno de los procesos judiciales que se han abierto hasta ahora.
El tribunal encargado de juzgar a Geir Haarde es el Landsdómur, una corte especial para procesos que afectan a miembros del Gobierno creada en 1905 y que nunca antes había actuado. Se espera que el juicio dure hasta el 15 de marzo y que el Landsdómur dicte después sentencia en un plazo aproximado de seis semanas.

Colapso financiero y nacionalización bancaria

Los tres mayores bancos de Islandia colapsaron a finales de 2008 tras años de expansión impulsada por la deuda. El país, de apenas 320.000 habitantes, se vio obligado a pedir prestados unos 10.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional y otros prestamistas.

El Parlamento votó en 2010 en favor de juzgar a Haarde por la crisis en un tribunal especial de impugnación creado en 1905 que nunca se ha utilizado antes. Muchos islandeses culpan de la crisis a un pequeño grupo empresarios, banqueros y políticos estrechamente relacionados.

Los mayores bancos islandeses fueron nacionalizados a finales de 2008, después de que la crisis de crédito provocada por la caída de Lehman Brothers congelara su acceso a fondos. Islandia protegió las operaciones nacionales de los bancos y dejó que sus operaciones internacionales cayeran en bancarrota. La economía nacional cayó en picado, y el país se vio obligado a imponer controles de capital para apuntalar el valor de su corona.

También se vio implicado en una dañina disputa con Reino Unido y Países Bajos en torno a los 5.000 millones de dólares en pérdidas sufridas por los depositarios en cuentas extranjeras de bancos islandeses.

La economía islandesa ha empezado a recuperarse de la crisis, a finales del año pasado volvió a financiarse en los mercados internacionales de bonos y recuperó su nota para inversiones de Fitch en febrero.

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