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Almuñécar contra la corrupción

Parece ser que han encontrado restos de los dos niños desaparecidos

Ángel De la Cruz

Parece ser que han encontrado restos de los dos niños desaparecidos en Córdoba, Ruth y José, hijos de José Bretón, el único sospechoso de la desaparición hasta el momento. Esta noticia ha desatado el fervor popular; una parte importante de la sociedad pide mano dura, cadena perpetua e incluso pena de muerte, todo ello desconociendo o pisoteando el Derecho.

La muerte de personas siempre es lamentable y dolorosa, más cuando se trata de niños y más aún cuando se trata de -presunto- infanticidio. Esto lo saben mejor que nadie los padres y los que han perdido a seres queridos.

Ahora bien, a mí me molesta que esta empatía, esta solidaridad y este sentimiento de rechazo a lo que es el más condenable de los actos -el asesinato-, se convierta en indiferencia cuando se trata de casos anónimos sin cobertura mediática. Veamos: cada año treinta millones de personas son condenadas a morir de hambre; cada día mueren de hambre 25.000 niños según la FAO; y, según UNICEF, en los últimos diez años han sido asesinados dos millones de niños en guerras. Para qué seguir.

No hablamos de falta de recursos, de enfermedades, de inmundicia, no; hablamos de muertes, de asesinatos (decía Brecht que hay muchas maneras de matar). Cuando la producción mundial de alimentos básicos equivale al 110% de las necesidades del planeta, es decir, cuando hay recursos de sobra para que nadie se muera de hambre, hay que hablar de asesinatos, no de casualidades ni de lo injusta o azarosa que puede ser la vida.

A mí me gustaría que esa gente que a voz en grito pide mano dura, cadena perpetua, etc. lo hiciera también para quienes legalizan -o en el mejor de los casos no hacen nada por impedirlo- el asesinato de tan importante cantidad de niños y para quienes ejecutan un sistema que es incompatible con los Dederechos Humanos, empezando por el más básico: el derecho a la vida. Si así lo hiciéramos mandaríamos el mensaje a la sociedad de que todos los niños son iguales y todos tienen derecho a vivir, de esta manera golpearíamos las conciencias y haríamos más difícil que cualquier perturbado se atreviera a tocar a un niño.

Recordemos que el comportamiento de una persona está influenciado por el comportamiento colectivo de la sociedad en la que vive; seamos una sociedad solidaria que condene todos los actos de injusticia con los niños allá donde se cometan.

http://cincuentaytresdias.blogspot.com.es/2012/08/todos-somos-iguales-pero-unos-mas.html

1 comentario

Borja -

¡Tiene toda la razón del mundo! Acabo de llegar del norte de Nicaragua, donde viven muchos de los labradores que cosechan nuestro café. Con un sueldo doble podrián vivir sin hambre y con dignidad, aunque el presio para el consumente no sería el doble. ¿Pero quien esta haciendo los precios de la cosecha y quién ya ha comprado la cosecha del inverno 2012/13 porque las plantaciones necesitan estabilidad y inversiones? ¡Correcto! El mercado. ¡Viva el Internationalismo!