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Almuñécar contra la corrupción

Juan Carlos de Borbón se ha hecho un blog

Juan Carlos de Borbón se ha hecho un blog

Rafael Calero Palma

Como ya sabéis todos, —los medios del Régimen nos lo han contado por activa y por pasiva— el Rey de España, Juan Carlos de Borbón, se ha hecho un blog. Ya sabíamos que era un hombre de su tiempo, moderno y funcional, al que no le gusta ver la vida pasar. Más bien al contrario. Este hombre es de los que le echan valor a la cosa y se lanza para adelante, sin temerle a dios ni al diablo. Así que lo mismo conduce un helicóptero que se va a pegar tiritos a África. Y ahora, a sus setenta y pico años, al hombre le ha dado por la informática. Como a mi vecino, que como ya está jubilado y tenía mucho tiempo libre y no sabía cómo rellenarlo, pues se hizo el hombre un curso de informática y se ha lanzado al ciberespacio a comentar lo divino y lo humano. Pues así, el monarca español.

En su estreno como bloguero, Juan Carlos de Borbón lo ha petado. Llevo yo más de cuatro años escribiendo como un cabrón en el mío, y el día que más gente me visita no llego a las cien personas. Y va el Rey y en su primera entrada bate todos los récords del mundo mundial. En fin, se ve que el hombre tiene un punto para la escritura creativa que es demasiado. Yo, como en mi curro la gente no paraba de hablar del blog del Rey y de su carta, pues me he pasado por allí, y me la he leído enterita, desde el principio hasta el final, sin comerme ni una sola letra.

Y después de leerla  he entendido el por qué de su éxito. Es un cachondo, el tío. No sé vosotros, amigos y amigas, pero yo es que me he partío de la risa. De verdad. Me troncho leyendo las ocurrencias de este hombre. Qué estilo. Qué prosa. Qué vocabulario. Qué imágenes. Qué elegancia. Qué savoir faire, que dirían nuestros vecinos los gabachos.

Resulta que al Rey le parece mal que la gente disienta de lo que está haciendo el gobierno de Rajoy, y nos pide, así, como si tal cosa, que naveguemos todos en la misma dirección, la que nos llevará al neoliberalismo absoluto, (ya sabéis, ese cuya regla principal es la ausencia de reglas). Nos pide el Rey que nos dejemos de chorradas y nos quedemos en nuestras casitas sin dar por culo en la calle, qué coño es eso de salir a manifestarse a pedir justicia y trabajo y libertad y felicidad. Habrase visto, semejante desfachatez. También nos pide que no pensemos ahora en quimeras. Que este no es momento para quimeras. Este es un momento para estar con los pies en el suelo. Como su hijo, Felipe, y su nuera, Letizia, coño, que son gente con los pies en el suelo, y piensan en su hipoteca y en cómo hacer frente a la compra de los libros para que sus hijas puedan ir al colegio con dignidad y con libros en las mochilas. Y por pedir que no quede. Dice el buen hombre que lo que tenemos que hacer es aunar nuestras fuerzas, supongo que para seguir manteniendo a la caterva de ladrones y corruptos que controlan la estructura del Estado.

Pero mi frase favorita de todo el post real, es, of course, y cito textualmente: “No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia.” Se permite el Rey esta paráfrasis cervantina para decirnos que no busquemos culpables a la crisis, que lo que importa de verdad es estarse calladitos y defender el modelo social corrupto que nos está asfixiando, que expulsa a las personas de sus casas, que destruye el empleo, que acaba con la educación, con la sanidad, con el medio ambiente, con la solidaridad y que está llenando de amargura miles de hogares.

Y ahora que lo pienso, a lo mejor a lo que se refiere el Rey con lo de ir todos en la misma dirección es que asaltemos mercadonas y carrefours, como el amigo Gordillo y el amigo Cañamero.  

En fin, que estoy deseando que llegue la semana próxima para leer la siguiente entrada en el blog real. A ver si es igual de cachondo.   

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