¿Por qué dudan tanto?
Morgan
El PP de Salobreña le ofrece un pacto al PSOE. El PP provincial le ofrece un pacto a IU para la Diputación. El PP de Almuñécar es más escrupuloso. ¿Por qué?
El PSOE de Motril quiere pactar con IU y PA. El PSOE pacta en el País Vasco decenas de ayuntamientos con PP. El PSOE tiene pacto con el PP en Estepona. ¿Por qué aquí no?
Nuestro alcalde critica los pactos. Y eso ya es para reventar. No podemos poner ejemplos de su partido porque él no tiene partido. Dice que gobierne la lista más votada. Por eso él, cuando era Secretario Provincial del PA, cuando era Secretario Nacional de Política Municipal, acordó en Motril un pacto con el PP y el Grito-PDD para desbancar a la lista más votada, que era la del PSOE.
En todos estos pactos, o acuerdos, o como se les quiera llamar, se da un reparto de poder que siempre es democrático, porque cuando se juntan los votos de unos y otros, siempre superan los votos que respaldaban al partido desbancado.
En España, los ciudadanos no eligen alcalde. Eligen concejales, y estos eligen al alcalde. Es lo que dice nuestra Constitución. Ejemplos hay miles. Pero el ejemplo que yo recomiendo es el de Francia. En Francia había un peligro para la democracia. Ese peligro se llamaba Le Pen. No se trataba ya de unas ideas u otras. Se trataba de garantizar la libertad, la democracia. Y en Francia, los partidos de derechas, los de centro, los socialistas, los comunistas, los trosquistas, los maoístas.... todos se unieron para apoyar al candidato de la derecha, el señor Chirac.
Eso es lo que tenemos aquí. Un dictador que se pasa la ley por el forro. Un dictador vengativo al que no importa organizar un somatén para cargarse una huelga sindical. Un dictador que niega a un partido democrático una sala pública para celebrar un acto. Un dictador que niega a la oposición y a los ciudadanos los documentos que por ley tiene que entregar. Y frente a la dictadura, es legítimo, y conveniente que nos unamos todos. Es verdad que tendremos que hacer encaje de bolillos, pero no podemos resignarnos a estar otros cuatro años esperando a que el señor convoque un pleno para presentar una moción que nunca se va a cumplir porque él es el encargado de que se cumpla.
No demos más vueltas y hablemos claro. El 60% de los ciudadanos están esperando un gesto valiente y democrático de los partidos frente a ese conglomerado extraño que, a pesar del despilfarro en campaña, ha bajado un 0,39% respecto al 2003.
El que prefiera anteponer sus intereses personales o partidistas tendrá que explicarlo a la ciudadanía. A ver si va a ser posible pactar en todos lados, frente a rivales normales, con otras ideas, y va a ser imposible llegar aquí a un acuerdo para restablecer la legalidad y la democracia, que es lo que todos hemos dicho en campaña. ¿O es que la campaña era sólo para garantizarnos otros cuatro años de cómoda oposición?
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