Claves para entender el conflicto abierto en Myanmar (Birmania)
Sujeewa Amaranath
La Junta militar birmana es sólo un peón en la estrategia de EEUU de cercar a China
El descontento y la explosión popular contra el gobierno militar de Myanmar comenzaron el pasado 15 de agosto ante la decisión de la Junta de duplicar el precio del diesel y subir un 500% el gas natural. En unos días, tras el aumento del precio del transporte muchos artículos esenciales se encarecieron entre un 10 y un 50 por ciento.
Aunque en principio las marchas, organizadas por los estudiantes e iniciadas el 19 de agosto, fueron minoritarias, las protestas comenzaron a aumentar debido a las masivas detenciones y a la violencia policial.
La dura respuesta de los militares ha generado una corriente de hipocresía entre los líderes del mundo, encabezados por el presidente Bush y los grandes medios internacionales. En su discurso ante la Asamblea General de la ONU el pasado martes, Bush condenó la junta birmana y anunció nuevas sanciones contra sus líderes. El primer ministro británico, Gordon Brown, denunció el régimen como "ilegítimo y represivo", mientras que el presidente francés Nicolas Sarkozy urgió a la UE a imponer penas más duras contra la junta. El Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de emergencia el miércoles, para considerar la situación.
Nada de ésto puede ayudar a los birmanos y sus libertades. En otras zonas del sureste asiático la administración Bush mantiene estrechas relaciones con el dictador paquistaní, general Pervez Musharraf, al tiempo que prolonga un silencio diplomático en los medios sobre la política estatal y policial de India en Cachemira, las medidas represivas del régimen militar-títere de Bangladesh y los métodos autocráticos del gobierno de Sri Lanka como premio a la cruel guerra civil.
La objeción de Washington a la junta birmana no se debe a sus métodos represivos, sino a su acercamiento a China. Birmania se encuentra en un punto estratégico entre China y la India, cercana al sudeste asiático y próxima a importantes enclaves marítimos como los estrechos de Malaca. El país también tiene recursos naturales destacables, incluyendo unas reservas estimadas de 3 billones metros cúbicos de gas natural y 3 mil millones barriles de petróleo.
La administración norteamericana no está más preocupada con los derechos democráticos y las necesidades de la población en Birmania, de lo que lo está en Iraq. Tan lejana es su preocupación, que la expulsión de la Junta birmana es sólo un elemento más en la estrategia, más amplia, que trata de cercar a China. País que está emergiendo como competidor estratégico y económico de los EEUU, y ganando la partida a las corporaciones norteamericanas en el acceso a los recursos naturales y a la barata mano de obra de Birmania.
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