La zona azul vuelve a Almuñécar esta semana para fastidio de los visitantes
Ideal
Coincidiendo con la llegada del aluvión de visitantes que van a pasar la Semana Santa en Almuñécar, el alcalde Juan Carlos Benavides ha hecho ’resucitar’ la zona azul en todos los paseos. Desde este pasado viernes tres de abril y hasta el próximo domingo, 12 de abril, se acabó el aparcamiento gratuito en Almuñécar. Y con la zona azul ha vuelto la polémica del verano y las protestas de los residentes estacionales, que consideran la implantación del aparcamiento de pago una persecución contra ellos. Ayer, en los paseos marítimos decenas de propietarios de pisos comenzaban sus vacaciones de Semana Santa cabreados.
El blindaje de todos los paseos y residenciales, que el Ayuntamiento convierte en zonas de estacionamiento limitado cuando llegan las épocas vacacionales, obliga a los residentes a dejar el coche en el único reducto de aparcamiento gratuito de la localidad, el P-4, a la entrada de Almuñécar, y volver caminando a sus pisos situados en las zonas más turísticas. La otra opción es pagar unos 12 euros diarios por aparcar en la zona azul y estar pendiente de cambiar el ticket.
«No cabe duda de que quiere echarnos de Almuñécar. Está claro que les sobramos, pero es que aquí hicieron apartamentos, no hoteles, y por eso los compramos. Ojalá pudiera vender el piso e irme, pero es que he tenido un año el cartel y no se vende», explicaba indignado Juan García, uno de los granadinos con piso en Almuñécar que ve en la zona azul un «acoso» del Ayuntamiento de Almuñécar a su población vacacional.
Y es que los más críticos con el alcalde no han olvidado las polémicas declaraciones de Benavides, el pasado año, invitando a no veranear en Almuñécar a todo aquel que no pueda pagar por aparcar.
Desde hace unas semanas, la propia empresa concesionaria de la zona azul, ’Estacionamientos y Servicios SA’, se ha encargado de informar a los vecinos de la reactivación del servicio de zona azul, con octavillas en los parabrisas de los vehículos. Aún así, ayer eran muchos los vehículos que o no se habían enterado o pasaban de pagar, ya que se veían pocos tickets, por lo que no tardaron en llegar las primeras multas y los primeros rebotes.
En los paseos Reina Sofía y Velilla -llenos de residentes que vuelven a Almuñécar durante las épocas vacacionales- nada más pronunciar la palabra zona azul (con la palabra Benavides también funciona), salen vecinos indignados por todos los frentes. Más de una decena se apelotonaron ayer, al advertir la presencia de los reporteros, para protestar por la zona azul. Dolores García Chica, por ejemplo, está que trina porque dice que el Ayuntamiento lleva un año dándole vueltas y no le concede la tarjeta de residente, con la que aparcar en la zona azul le costaría apenas un euro al día. «Nos hemos empadronado aquí incluso pero cada vez me ponen una excusa nueva», señala. Salomé, su vecina, se quejaba de que nada más llegar el viernes le recibieron con una multa, «mientras subíamos las maletas».
Colet y su marido Taymans Julian, turistas belgas jubilados y propietarios de dos pisos en la Urbanización Rumbo, no saben siquiera quién gobierna Almuñécar ni que la zona azul trae cola, sólo saben que les está amargando su periodo de descanso. «Los inquilinos de los pisos me dicen que si tienen que pagar zona azul no vienen. Y yo tengo la pierna enferma y no puedo aparcar lejos», lamenta Colet.
Recuerda además que los turistas belgas se hacen 3.500 kilómetros para llegar a Almuñécar «y después qué menos tiempo te vas a pasar que un mes, ¿y cómo vamos a pagar por horas durante un mes?». Un tiempo en el que no pueden estar abonando 12 euros diarios por el coche. «Este no es un sitio comercial, esto es para fastidiarnos. Nos está echando. ¡Con las campañas de publicidad que hacen otros pueblos para traer turistas y a este alcalde le falta coger una escopeta de perdigones y ponerse en la entrada de Almuñécar para tirarnos! », apuntaba indignado otro de los vecinos del corro. Ascensión Castilla y su vecina Angelitas se quejan de que sus familia no pueden venir a visitarles «y es dinero que se está perdiendo Almuñécar porque vamos a comer a los restaurantes».
Elena, joven granadina, cuenta mientras pasea al perro en Velilla, que su familia lleva pasando la Semana Santa en Almuñécar desde hace 20 años «y este año mi padre dice que no baja al apartamento por culpa de la zona azul. Me tendré que subir yo a Granada el miércoles».
Y a Rafael Milla, jubilado jiennense que vive ya todo el año en Almuñécar, la llegada de la zona azul también le ha supuesto todo un disgusto. «Mi mujer está enferma y no puede caminar. Yo soy pensionista, no puedo pagar todos los días, así que llevo el coche al P-4 y me vuelvo andando. Me da miedo por si mi mujer se pone mala porque tardo en llegar al coche media hora».
No solo los ’veraneantes’ están fastidiados con la zona azul que el Ayuntamiento justifica para favorecer la movilidad de los vehículos. Colectivos como los comerciantes de La Herradura también han protestado porque entienden que el horario y la zona regulada no se ajustan al acuerdo inicial con el equipo de gobierno.
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