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Almuñécar contra la corrupción

Jacquy entona un hasta siempre

Jacquy entona un hasta siempre
El afamado restaurador Jacques Vanhoren, que lleva 25 años en la Costa, cierra su negocio de Cotobro y se va a Nerja en busca de prosperidad
18.08.09 -
Pelo cano, ojos azules, 70 años y energía de hierro. Jacques Vanhoren anota en un papel que saca de su bolsillo una reserva para diez. El sol pega fuerte en una playa en calma y hace que todo parezca idílico, pero no es así, las cosas no van bien y este belga que llegó a al litoral granadino hace 25 años cierra y no por vacaciones.
Jacques Vanhoren es Jacquy Cotobro, propietario de uno de los restaurantes más prestigiosos y conocidos de la Costa Tropical. Alabado por su hojaldre de langostinos, por su forma de entender la cocina, por su cercanía, acumula premios y recuerdos enmarcados que llenan hasta los topes una larga pared. «Y no pongo más, porque no me caben», dice con humildad y, ahora, con añoranza. Jacquy Cotobro cerrará sus puertas en octubre y se marchará a Nerja «salvo que ocurra un milagro» y ese milagro, dice Jacques es que le toque la lotería. Bromas aparte la situación de este restaurador es gris y no tarda en desahogarse y en contar la verdad de la historia. «La cosa está mal; he perdido un 30% de caja en cuatro años, por la crisis, porque no hay turismo internacional...».
Especializado en cocina francesa, cuenta Jacques, que él siempre ha vivido 'fifty-fifty' del turismo nacional y del internacional y que de estos últimos se ven cada vez menos.
El prestigioso restaurador cuenta que además de la situación económica le ha influido el declive turístico de Almuñécar. «Tal vez remonte en dos o tres años, pero yo no lo sé... La gente ya no viene aquí, viene el que no tiene más remedio, el que tiene un piso».
Jacques calcula que seguirá trabajando cuatro años más. Durante ese tiempo no quiere estar constantemente echando cuentas, con quebraderos de cabeza. Por eso, ha decidido marcharse a Nerja donde «hay turismo todo el año y hay extranjeros». Allí se ubicará en un local del centro y se plantea abrir tan solo por las noches.
El Rey le felicita por Navidad, y por allí han pasado Di Stéfano, Arzak, Manuel Chaves, el premio nobel Stephen Hawkins, y hasta los propietarios de Inditex e Ikea, según comenta Jacquy. Fueron tiempos gloriosos en los que le llenaba de satisfacción ver a la gente disfrutar y en los que entraban a abrazarle a la cocina. Aunque el número de clientes ha descendido, Jacquy sigue teniendo a doce personas trabajando y ofreciendo excelentes calidades y claro... los gastos se hacen fuertes mientras los ingresos se debilitan.
«El beneficio ha caído en picado. He llegado a hacer 38 euros en un día y así no puedo sobrevivir. Antes los veranos eran más largos, ahora julio es un mes en el que se gasta sin alegría y agosto... funcionan las noches; además la gente viene de malhumor y eso no me gusta». Dice Jacquie que también ha influido el endurecimiento de las sanciones para los que conducen habiendo bebido. «Eso también quita caja. Ahora los de Motril y Salobreña no vienen tanto. Antes ponía dos botellas de champan, ahora una... o un par de copas de vino solamente».
Demasiadas molestias
El restaurador se queja también de los malos tiempos que vive Almuñécar: por las obras de los aparcamientos, por la zona azul... Jacquie Cotobro está pegado a la playa, la terraza sobrevuela la arena. Este lugar ha dejado de ser acogedor para él y su negocio. Lo expresa con una anécdota.
«Una vez entré en la guía Lugares Divinos. Vinieron a comer los representantes. Entonces empezaron a ver tiendas de campaña en la playa, les llegaba el olor a sardina y un niño se puso a mear a pocos metros. Me pidieron la hoja de reclamaciones y me echaron de la guía», cuenta Jacquy que se queja de que en Cotobro no hay espacio para aparcar y que multan a la mínima. «Hay clientes que pasan por la puerta y me dicen que se van porque no pueden aparcar».
«¿Qué pinto yo aquí?», se pregunta Jacques Vanhoren que dice marcharse apenado de Almuñécar. «Vienen y me dicen pero cómo te vas a ir...». Muchos de sus mejores clientes han fallecido y no hay nuevas generaciones de extranjeros que elijan las playas sexitanas para descansar. Jacquy Cotobro cierra con todo el dolor de su corazón. Dice que si no, le espera la quiebra, económica y sentimental.
Comentarios

Una pena

... y Benavides en Marruecos, allí va cada 15 días a promocionar Almuñecar. Cambio las promociones turísticas por toda Europa por promociones inmobiliarias para sus parásitos del cemento

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