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Almuñécar contra la corrupción

La gran mentira de Afganistán

La gran mentira de Afganistán

Por Malalai Joya (ex diputada afgana) Traducción de Samuel- The Guardian, 25 de julio de 2009

En 2005, fui la persona más joven que resultó elegida para el nuevo parlamento afgano. Las mujeres como yo que se presentaron fueron mostradas como ejemplo de cómo la guerra en Afganistán había liberado a las mujeres. Pero esta democracia era una fachada, y la autoproclamada liberación una gran mentira.

En nombre del sufrido pueblo de mi país, ofrezco mis sinceras condolencias a todos quienes en el Reino Unido han perdido a sus seres queridos en la tierra de Afganistán. Compartimos el dolor de las madres, esposas, hijos e hijas de los caídos. Creo que estas víctimas británicas, como los muchos miles de muertos civiles afganos, son víctimas de las políticas injustas que los países de la OTAN han llevado a cabo bajo el liderazgo del gobierno de los Estados Unidos.

Casi ocho años después de que el régimen de los talibanes fuese derrocado, nuestras esperanzas por un Afganistán verdaderamente democrático e independiente han sido traicionadas por la continua dominación de los fundamentalistas y por una ocupación brutal que en última instancia sirve sólo a los intereses estratégicos americanos en la región.

Deben entender que el gobierno encabezado por Hamid Karzai está lleno de señores de la guerra y extremistas que comparten el credo de los talibanes. Muchos de estos hombres cometieron crímenes terribles contra el pueblo afgano durante la guerra civil de los años 1990.

Por expresar mis opiniones fui expulsada de mi escaño en el parlamento, y he sobrevivido a numerosos intentos de asesinato. El hecho de que fuera expulsada de mi cargo mientras caudillos brutales disfrutaban de inmunidad procesal por sus crímenes debería indicarles todo lo que necesitan saber acerca de la “democracia” que apoyan las tropas de la OTAN.

La constitución prohíbe que los responsables de crímenes de guerra puedan presentarse a altos cargos. Sin embargo, Karzai ha nombrado a dos conocidos señores de la guerra, Fahim y Khalili, como candidatos a la vicepresidencia para la próxima elección presidencial. Bajo la sombra del caudillismo, la corrupción y la ocupación, este voto no tendrá legitimidad, y una vez más parece que la elección real será hecha a puerta cerrada en la Casa Blanca. Como decimos en Afganistán, “el mismo burro con una nueva silla de montar”.

Hasta ahora, Obama ha continuado con la misma política que Bush en Afganistán. Enviar más tropas y expandir la guerra a Pakistán sólo añadirá más combustible al fuego. Como otros afganos, arriesgué mi vida durante los años oscuros del dominio talibán para enseñar en escuelas clandestinas para niñas. Hoy la situación de las mujeres es tan mala como siempre. Víctimas de abusos y violaciones no encuentran justicia porque el sistema judicial está dominado por fundamentalistas. Un creciente número de mujeres, que no encuentran ninguna salida al sufrimiento de sus vidas, optan por suicidarse quemándose a lo bonzo.

Esta semana, el vicepresidente estadounidense Joe Biden afirmó que “más perdidas de vidas [es] inevitable” en Afganistán, y que la actual ocupación forma parte de los “intereses nacionales” tanto de los Estados Unidos como del Reino Unido.

Tengo un mensaje diferente para el pueblo británico. No creo que forme parte de sus intereses ver cómo se envían más jóvenes a la guerra, y cómo cada vez más dinero de los contribuyentes se dedica a financiar una ocupación que mantiene en el poder en Kabul a una banda de señores de la guerra corruptos y narcotraficantes.

Es más, no creo que sea inevitable que esta sangría continúe por siempre. Algunos dicen que si las tropas extranjeras abandonaran Afganistán el país se hundiría en la guerra civil. ¿Pero qué pasa con la guerra civil y la catástrofe de hoy? Cuanto más dure esta ocupación, peor será la guerra civil.

Los afganos desean paz, y la historia enseña que siempre rechazamos la ocupación y la dominación extranjera. Queremos que nos echen una mano por medio de la solidaridad internacional, pero sabemos que son los afganos los que deben luchar por valores como los derechos humanos y ganarlos.

Sé que hay millones de británicos que quieren encontrar un fin a este conflicto tan pronto como sea posible. Juntos podemos elevar nuestra voz por la paz y por la justicia.

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