Defensa cerca una playa en Rota para uso y disfrute de los soldados estadounidenses
La República
El Ayuntamiento del municipio gaditano de Rota ha abierto un expediente de infracción urbanística contra el Ministerio de Defensa por las obras que ha realizado la base naval en plena playa de la localidad. Los trabajos comenzaron sobre el 25 de julio y consistían en la instalación de una valla que separara la playa del Chorillo, muy frecuentada por los veraneantes, con la del Almirante, situada en terrenos de la base militar.
El Ayuntamiento reaccionó con una orden de paralización, ya que las obras carecían de licencia y la base no había realizado ninguna comunicación de las mismas. No obstante, el Ministerio de Defensa ha seguido adelante y ha concluido el vallado.
Un portavoz de la base aseguró que se trata de una zona de «seguridad nacional», por lo que no necesita pedir autorización al municipio. «El protocolo de Defensa es diferente. No está sujeto al Ayuntamiento. Además, no se ha levantado una valla, sino que se ha sustituido la que estaba por otra en mejores condiciones. Es una continuación de la delimitación de la base por el mar. Cerca de esa zona está el muelle, donde están atracados los barcos, así que es un asunto de seguridad», explicó.
Esta visión no convence al Ayuntamiento ni a gran parte de los roteños, que observan con indignación cómo un número privilegiado de bañistas accede cómodamente a la playa de El Almirante, mientras miles de personas se hacinan a pocos metros.
De hecho, en el Consistorio, que lleva años reclamando el uso público de esa zona de costa, están convencidos de que la verja se levanta para poder seguir disfrutando de una playa privada.
«Nadie en Rota lo entiende. Si no nos diéramos cuenta, pues ojos que no ven, corazón que no siente. Pero es que están ahí al lado, bañándose tan tranquilos. Esa playa no tiene ningún uso militar. Ahí no se ven maniobras ni nada», protesta el concejal de Urbanismo, Jesús Corrales (Roteños Unidos).
El acceso a la playa de El Almirante está prohibida desde hace 50 años, cuando la base, hoy de uso conjunto con EEUU, se instaló en Rota. En los últimos años, una alambrada y varios carteles advertían a los civiles de que no entraran, mientras el personal de la base y sus familiares frecuentaba cada vez más la playa.
El aumento de los bañistas también levanta la indignación en El Puerto de Santa María, ya que la playa de la base linda con la de Fuentebravía. Al igual que Rota, el Ayuntamiento portuense lleva años reclamando el uso público de la zona.
En la actualidad, el asunto está encallado y pendiente de la resolución municipal, que muy probablemente desemboque en una sanción al Ministerio de Defensa superior a 3.000 euros.
Un portavoz de la base aseguró que se trata de una zona de «seguridad nacional», por lo que no necesita pedir autorización al municipio. «El protocolo de Defensa es diferente. No está sujeto al Ayuntamiento. Además, no se ha levantado una valla, sino que se ha sustituido la que estaba por otra en mejores condiciones. Es una continuación de la delimitación de la base por el mar. Cerca de esa zona está el muelle, donde están atracados los barcos, así que es un asunto de seguridad», explicó.
Esta visión no convence al Ayuntamiento ni a gran parte de los roteños, que observan con indignación cómo un número privilegiado de bañistas accede cómodamente a la playa de El Almirante, mientras miles de personas se hacinan a pocos metros.
De hecho, en el Consistorio, que lleva años reclamando el uso público de esa zona de costa, están convencidos de que la verja se levanta para poder seguir disfrutando de una playa privada.
«Nadie en Rota lo entiende. Si no nos diéramos cuenta, pues ojos que no ven, corazón que no siente. Pero es que están ahí al lado, bañándose tan tranquilos. Esa playa no tiene ningún uso militar. Ahí no se ven maniobras ni nada», protesta el concejal de Urbanismo, Jesús Corrales (Roteños Unidos).
El acceso a la playa de El Almirante está prohibida desde hace 50 años, cuando la base, hoy de uso conjunto con EEUU, se instaló en Rota. En los últimos años, una alambrada y varios carteles advertían a los civiles de que no entraran, mientras el personal de la base y sus familiares frecuentaba cada vez más la playa.
El aumento de los bañistas también levanta la indignación en El Puerto de Santa María, ya que la playa de la base linda con la de Fuentebravía. Al igual que Rota, el Ayuntamiento portuense lleva años reclamando el uso público de la zona.
En la actualidad, el asunto está encallado y pendiente de la resolución municipal, que muy probablemente desemboque en una sanción al Ministerio de Defensa superior a 3.000 euros.
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