Julio Anguita: Éramos conscientes de la degradación de aquel orden
Para Julio Anguita la caída del Muro no fue ninguna sorpresa. Considera este hecho consecuencia directa de un régimen que se encontraba anquilosado y de una población que buscaba en el capitalismo una mejora de su nivel de vida.
La Opinión: V. Sedeño
P - ¿Cómo vivió usted, como secretario general de IU, aquella noche de noviembre de 1989? ¿Era esperada la caída del Muro dentro de las filas comunistas?
R - Como otra cualquiera. Lo del Muro, se veía venir, yo lo sabía y lo sabíamos todos. En el 88 yo estuve en la URSS y ya discutimos con el Comité Central sobre los informes que nos decían que la situación era difícil. O sea que una sorpresa no fue. El régimen estaba anquilosado, había aparatos de corrupción instalados en los aparatos del Estado y del Partido, como después se ha sabido. Es decir, los que íbamos siguiendo aquello más de cerca por nuestras relaciones especiales con la URSS porque éramos y seguimos siendo comunistas, pues bueno, más o menos veíamos un decaer, una degradación de aquel orden.
P - Con estas afirmaciones, ¿usted no da por anticipado el anuncio de la apertura por parte de Schabowski, tal y como se ha considerado?
R - Es que nosotros teníamos relaciones con la URSS y con los demás países del Este y estábamos informados de la situación. Sabíamos por parte de algunos compañeros, que la OTAN tenía gente infiltrada, tanto en Alemania como en la URSS. Así que reitero que el anuncio no fue una sorpresa, ni tan tremendista como se calificó desde Occidente. Nosotros sabíamos la agitación que vivía el sistema, sabíamos que el régimen se encontraba anquilosado. Era mucha la gente que creía que en el capitalismo iba a encontrar una serie de venturas y promesas para mejorar su nivel de vida. Luego se dieron con una piedra en los dientes. Al cabo de los años ya hemos visto lo que pasó, se privatizaron las empresas públicas, la gente se quedó sin calefacción en sus casas, etc.
P - ¿Fue Gorbachov un personaje clave en este proceso?
R - Hay que tener en cuenta que mientras la prensa occidental alababa a Gorbachov, dentro de la URSS Gorbachov no tenía el mismo seguimiento. De hecho la glasnot y la perestroika eran unas políticas que se valoraban más en Occidente que allí dentro, allí realmente no tenían ningún impacto.
Gorbachov jugó un papel equívoco, no supo dónde estaba. De hecho el discurso de Gorbachov fue cambiando con el tiempo. Sus primeros discursos cuando plantea la perestroika y la glasnot llamaban a una revisión del comunismo y del socialismo. Después, ha ido derivando hasta su discurso actual que está muy por debajo, de lo que yo diría, cualquier planteamiento revolucionario.
P - ¿Qué supuso la apertura del Muro para los alemanes tanto del Este como del Oeste?
R- Eso habría que preguntárselo a ellos. Vean ustedes cómo lo que esperaban que fuese una especie de paraíso dejó entrever rápidamente lo que realmente escondía. Véase cómo los antiguos dirigentes del partido comunista se metieron a brokers, cómo se privatizaron las empresas del Estado, cómo la gente pasó frío porque no tenía el gas gratuito, porque no tenía determinadas cosas. Que se lo pregunten, que se lo pregunten a ellos.
P - De hecho hay encuestas que muestran cómo los antiguos ciudadanos de la Alemania Oriental echan de menos ciertos aspectos del desaparecido Estado socialista, ¿no es así?
R - Yo nunca elevé a los altares al Estado socialista, pero tampoco soy de los que echó maldiciones sobre aquello. Hay mucha hipocresía en Occidente sobre ese tema. Los soviéticos, y yo lo he visto, tenían lo que tenían. Si haces un repaso, el régimen era muy rígido, pero contaba con una serie de conquistas que en Occidente la gente normal nunca tuvo, en cuanto a cultura, educación, etc. Aquello se vino abajo porque la gente quería algo más. La gente tenía el escaparate de lo que suponía el capitalismo de Occidente, y ya lo aprendió, y lo aprendió en sus propias carnes. Pero bueno, muchas veces se aprende así.
P - Se dice que el mundo entero quedó unido tras la apertura del Muro, ¿qué opina usted al respecto? ¿Qué supuso a nivel internacional la caída del Muro?
R- ¿Que quedó unido? No, mire usted, lo que pasó es que al equilibrio del terror que había antes le sustituyó un desequilibrio terrorífico que fue que Estados Unidos impuso sus normas. Recuerden ustedes, los trágicos decretos de George Bush padre, imponiendo un nuevo orden internacional basado en la violencia y en los armamentos. Es decir, lo que se abrió fue un nuevo desorden internacional basado en la política de coacción de Estados Unidos y en su dominación absoluta del mundo.
P - Para usted, ¿cuáles fueron las consecuencias directas de la apertura del Muro?
R - Desde mi punto de vista, las consecuencias económicas fueron desastrosas para los ciudadanos occidentales. Berlín, se llevó muchísimo dinero cuando Alemania estaba dividida porque era el escaparate que se enseñaba a la otra parte. A mí ya me han dicho muchos berlineses del Berlín Occidental que añoraban esos momentos en que eran el escaparate ante sus hermanos de la otra parte por la cantidad de dinero y beneficios que recibían porque se trataba simplemente de hacer propaganda de cara a los otros y eso se acabó.
P - 20 años después, ¿qué balance hace usted de estos hechos históricos?
R - Pues que el mundo cambió. Acabó el orden que estaba basado en las dos superpotencias y aquello ocasionó un desequilibrio en la medida que sólo quedó una. Yo recuerdo aquellos discursos un poco ingenuos, incluso me atrevería a decir un poco estúpidos, cuando planteaban que estábamos ante el fin de un sistema injusto, de la inquietud en cuanto a la guerra mundial. Mentira. Para mí eran todo mentiras. Fíjese usted, cuántas guerras se han declarado desde entonces, cuántas invasiones ilegales, la de Yugoslavia, las dos de Irak, Afganistán, etc.
P - ¿Cómo ha cambiado el mundo en estos 20 años?
R - El mundo no ha cambiado, el mundo continúa en estos momentos en una degradación imparable. Porque una de las cosas que tenía aquella situación, aparte de lo que no era correcto y de lo que era malo, que también critico, es que mientras existió aquel bloque, aquí los trabajadores vivieron mejor porque había un miedo a lo que había allí. En cuanto se hundió aquella referencia, ya lo han notado después los trabajadores. Es el momento en que se rearma el capitalismo, comienza la sociedad de mercado. El mercado se eleva a la categoría de Dios por encima de la propia política y comienza el calvario que están pasando los trabajadores. Es cuando se incrementa y se incentiva lo que se llama la precariedad en el trabajo, es lo que se está viendo hoy en día de una manera mecánica. Y es que el capitalismo es así, tiene cada tanto tiempo unas crisis de sobreproducción. Es decir, llega un momento en que se produce demasiado hasta que llega un momento en que no se puede vender, la gente no puede comprar, y entonces qué ocurre, que hay paro. Y cómo responden los capitalistas ante esto, pues echando gente, cerrando fábricas, lo que está pasando en estos momentos. Si yo soy anticapitalista, por marxista, por comunista, no es por otra cosa más que porque ésta es la esencia del sistema.
P - ¿Qué hecho podría marcar hoy lo que supuso en su día la caída del Muro?
R- Yo no lo considero hecho histórico hasta que no pasen muchos años, hechos históricos son la caída del Imperio Romano, el Descubrimiento de América, la Guerra Mundial. Estamos en una época de titulares, todos los días hay dos o tres hechos históricos. Entonces yo, como aficionado a la historia, me guardo mucho de hablar de hechos históricos. Parecía que era un hecho histórico tremendo, extraordinario, la ampliación de la UE y fíjese usted el churro que está saliendo.
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