Granada: Clece desmantela la ayuda a domicilio ante la pasividad del Ayuntamiento

Clece es la empresa que previsiblemente se va a quedar con el contrato de ayuda a domicilio en Almuñécar. Y si no, al tiempo. El conflicto que viven en Granada es el mismo que se va a reproducir en Almuñécar donde también ha sacado la Junta de Gobierno Local dos contratos distintos con dos precios distintos, de tal manera que unos servicios se van a pagar a trece euros la hora y otros a diez. El conflicto está servido.

Granada Hoy

El servicio de ayuda a domicilio del Ayuntamiento de Granada no pasa por sus mejores momentos. Según los trabajadores, la empresa Clece, concesionaria municipal de este servicio en la capital, está realizando un ERE encubierto pues en un año el servicio cuenta con un centenar de trabajadores menos. De los 300 empleados que había cuando empezó la Ley de Dependencia, quedan unos 200. Ya han prescindido de todo el personal eventual (el 20% de la plantilla) y ahora han empezado con los fijos. La semana pasada despidieron a diez trabajadores indefinidos y ya hay otra lista de una decena de trabajadores que también serán despedidos.

Y todo, como denuncian, ante la pasividad del Ayuntamiento de Granada, que se mantiene en su postura de considerar esta situación un "problema" de la empresa con los trabajadores en el que no debe intervenir.

Los trabajadores iniciarán el 9 de diciembre un calendario de paros parciales y concentraciones a las que están llamados también los usuarios y sus familiares.

Según el secretario general de la Federación de Servicios Públicos de UGT Granada, Antonio Camacho, el 19 de noviembre se despidió a una trabajadora indefinida y el 20 a nueve más, "todos con antigüedad en la empresa. Ahora se anuncian otros diez. Es una forma de encubrir un despido colectivo que sería objeto de un expediente de regulación de empleo". Por esta "artimaña", el sindicato ha puesto en conocimiento de la Inspección de Trabajo la situación para investigue estos despidos, "totalmente nulos", y ha interpuesto la obligatoria papeleta de conciliación en el CMAC, previa a la denuncia ante la jurisdicción social. De hecho, según Camacho, la empresa Clece "reconoce que son despidos improcedentes y da una indemnización de 45 días por año trabajado".

En esta situación interfieren tres actores: la empresa, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía.

El Ayuntamiento de Granada, como titular del servicio de ayuda a domicilio y responsable de la Ley de Dependencia en la capital, "ha cometido el error de contratar con Clece dos tipos de precio para un servicio que debería ser el mismo". Así, se produce la paradoja de que la empresa despide a los trabajadores de la ayuda a domicilio por una bajada de servicios al pasar los usuarios a recibir las prestaciones por la ley de dependencia, y por otro lado contrata a personal "sin formación" -y con menos salario- para prestar el servicio por la dependencia ya que es la misma empresa la que los presta los dos. Le piden que no prorrogue el contrato con Clece y abra otro concurso pero manteniendo el personal.

A la Junta de Andalucía también reclaman actuación. "La Junta y la Delegación de Igualdad son responsables también por omisión ya que no obligan al Ayuntamiento a dar un servicio de calidad".

La responsable del sector de la Dependencia de UGT, Dolores Ocaña, denuncia que los trabajadores "cobran sueldos bajos y tienen contratos precarios, por lo que el servicio se está deteriorando. Además, muchos usuarios se quejan del continuo cambio de personas que acuden a sus domicilios a realizar las tareas de ayuda". No en vano, hay más de 2.000 usuarios en la capital y quedan unos 200 trabajadores, por lo que tocan a diez usuarios por trabajador al día y no dan abasto.

La empresa argumenta que no entran servicios nuevos pero "los horarios los tenemos completos y no falta el trabajo, que asumen otras compañeras". Entre las despedidas, Isabel Tercero, a la que avisaron dos días antes de incorporarse de vacaciones; Francisca Sánchez, Pilar Arranz, Noelia Fernández, Isabel Ruiz, Gracia Esteban y Amalia Carricondo. Estuvieron una semana en casa "sin trabajo para después decirnos que estábamos despedidas".