IU busca en el desencanto de la izquierda real su forma de crecer. La formación está segura de representar al auténtico socialismo y piensa que muchos votantes del PSOE descontentos con su gestión les apoyarán ahora · Sigue creyendo en los pactos, pero no a cualquier precio

Granada Hoy

Los han llamado: sensatos, ecologistas, participativos, alternativos, diferentes, transgresores, luchadores... Pero también: utópicos, incoherentes, perroflautas, trasnochados, ilusos, ingenuos, marginales.

Por falta de adjetivos no será. Izquierda Unida los ha acumulado de todas clases, y como se ve no todos son de los que sienta bien oír. Está claro que tiene detractores, pero también que cuenta con un número importante de seguidores, una base que, por lo que viene demostrándose en las consultas electorales de los últimos años (y en las encuestas que se están manejando de cara al 22-M), es bastante estable, un porcentaje de votantes que fluctúa entre el siete y el nueve por ciento y que les garantiza seguir teniendo un sitio en las instituciones (algo que ya pocos pueden decir, sobre todo aquí en Andalucía), ser la tercera fuerza de la provincia con mucha diferencia respecto a las demás opciones y continuar teniendo la llave de la gobernabilidad en muchos sitios.

¿Hay razones para pensar que el comportamiento electoral va a ser distinto en esta ocasión? ¿El cada vez más asentado bipartidismo terminará convirtiendo a IU en una fuerza residual? ¿O por el contrario es ahora cuando más posibilidades tiene de avanzar, por aquello de que muchos seguidores tradicionales del PSOE van a castigarlos pero preferirán mil veces confiar en una fuerza de izquierdas que darles sus votos así como así al PP?

"Vamos a crecer", resaltan, convencidos, dirigentes como Manuel Morales, coordinador provincial, o Francisco Puentedura, número uno por Granada.

En 2007 lograron la mayoría absoluta en Villanueva de las Torres, Benalúa, Chimeneas, Gaudahortuna, Orce, Víznar y La Malahá y fueron los más votados en Pinos Puente, Fuente Vaqueros y Chauchina. A lo largo del mandato también se hicieron con el gobierno de Campotéjar tras pactar con el PSOE y desbancar de la Alcaldía al PP. Y han formado parte del equipo de gobierno, aunque no como mayoritarios, en Maracena, Huétor Vega o Monachil.

"Moralmente creo que hemos tenido doce alcaldías, porque a lo largo del mandato se nos sumaron nuevos compañeros como los del Partido Socialista Independiente de Polopos o Andalucistas de Lentegí, que ahora van a ir en nuestras listas", comenta Manuel Morales, que dice no tener "ninguna duda" de que tras el 22 de mayo IU se acercará a las veinte alcaldías. "Es algo que percibimos, son sensaciones que notamos en los pueblos, con actos cada vez más mayoritarios".

Morales es partidario de reeditar la política de pactos, pero acota que el objetivo no es ganar un sillón o unas concejalías. "Prefiero diez acuerdos buenos que veinte regulares", afirma, y a renglón seguido recuerda que no en todos los ayuntamientos donde han cogobernado la vida ha sido de color de rosa. En Huétor Vega se deshizo el pacto "porque no estábamos de acuerdo con la política del PSOE" y en Maracena el acuerdo con los socialistas estuvo al borde de la ruptura en tres ocasiones.

IU asegura que no está dispuesto a comulgar con ruedas de molino y que se mantiene en sus trece de ejercer una política de izquierdas allí donde tenga la oportunidad. Y eso no excluiría repetir algo tan inusual como tener de socio al PP, como ocurre en Pinos Puente.

"Nosotros no apoyamos a su candidato en la investidura, fueron ellos quienes lo hicieron, ellos sabrán por qué, y en Pinos Puente se ha hecho una política de izquierdas, recuperando espacios públicos, haciendo un PGOU muy interesante, elaborando programas de reequilibrio social..", detalla.

El previsible deterioro del PSOE en términos de votos, lejos de inquietarle, le parece una oportunidad para crecer. Fundamentalmente porque "la fuerza que realmente representa al socialismo es IU, así que los que se identifiquen con el socialismo deberían votarnos". En ese territorio incluye a los "desencantados" de la política del PSOE, pero también "a las personas de izquierdas que otras veces se han quedado en casa. Eso no debe repetirse", concluye.