El banco malo y la deuda pública
Albert Recio - Consejo Científico de ATTAC España
Una de las posibles contrarreformas que tiene planteado sobre la mesa el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy es la creación de un banco malo que absorbiera los créditos inmobiliarios de dudosa recuperación.
La banca española lleva tiempo insistiendo en esta propuesta para superar la crisis financiera. Dada la estrecha conexión del PP con los intereses del sector bancario la propuesta tiene bastantes posibilidades de formar parte del paquete de reformas con que nos amenaza la nueva mayoría absoluta.
Desde el punto de vista de la banca esta solución es perfecta. Por una parte el banco malo les permitiría sacar de su balance activos improbables que les obligan a efectuar provisiones que al final reducen su rentabilidad. Este banco sería vendido al Estado. La compra se financiaría con títulos de la deuda pública, con lo que los bancos transformarían sus créditos de dudoso cobro por títulos de la deuda pública, cuyo pago está garantizado por la misma Constitución española. Además pasarían a aumentar su posición de acreedores del Estado y por tanto verían reforzada su capacidad de dictar reformas al sector público. Negocio redondo.
Dado que la exposición de la banca al crédito financiero se situaba en junio en los 176.000 millones de Euros, la creación de este banco financiado con deuda significaría un elevado aumento de la deuda pública y por tanto una reforzada exposición del país a la exigencia de ajustes. Además de un fuerte aumento de la carga financiera sobre el presupuesto público.
Oponerse a la creación de un banco malo debe ser la primera batalla por el tema de la deuda. Y una buena oportunidad para denunciar el doble trato aplicado a las deudas del sector financiero y de los particulares que no pueden pagar la hipoteca de su vivienda. A quienes argumentan que no puede aprobarse la dación de pago porque hundiría a la banca se puede objetar la posibilidad de crear algún organismo público que los proteja.
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