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Almuñécar contra la corrupción

Dónde estábamos nosotros; y dónde estaba Cospedal

Hugo Martínez Abarca

La consigna para ningunear la inmensa marcha que ocupó ayer Madrid la dio Cospedal: “¿Dónde estaba esa gente hace nueve meses cuando había cinco millones de parados?“. Es la consigna que repetía ayer el pesebre gubernamental, ¿Dónde estabais? No puedo contestar por otros. Que Rubalcaba se arrogue la representación de quienes nos manifestamos contra los recortes no es cosa mía, es sólo su falta de sentido del ridículo. Tan ridículo como cada vídeo, cada twitt, etc que recuerda las frases que decía el PP contra la política de aquel gobierno del PSOE, la política que el PP ha continuado y aumentado. Eso sólo responde a un reparto de papeles obsceno en el seno del turnismo. Pero no era Rubalcaba quien se manifestaba ayer.

¿Dónde estábamos hace nueve meses, hace un año, hace dos años? Protestando contra las políticas de ajuste. Protestamos contra los recortes salariales a los funcionarios del PSOE como hoy contra el recorte de su paga extra, protestamos contra aquella antisocial subida del IVA como contra esta, hicimos una huelga general contra la reforma laboral del PSOE (aprobada con la abstención del PP porque la consideraba insuficiente) como la hicimos contra la reforma laboral del PP. Y en ambos casos contra el suicidio social independientemente de qué partido decida ejercer de títere ejecutor muchos sentimos que hacía y hace falta mucha más protesta, más contundente y sobre todo más eficaz.

¿Dónde estábamos? En septiembre de 2010 haciendo huelga general contra la reforma laboral entre los mismos insultos de la caverna mediática que hoy mismo. En abril de 2011 miles de jóvenes  y acompañantes que no éramos tan jóvenes tomaron las calles de Madrid bajo el lema ”Sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo“: era la Juventud sin futuro cuya manifestación reprimió duramente la policía de Rubalcaba. En mayo de 2011 Sol se convirtió en el centro de la movilización del mundo bajo la reivindicación de una democracia real que no dejara de hacer del pueblo una mercancía en manos de banqueros ni de políticos cómplices.

Muchos salimos a la calle cuando aprobaron retrasar la edad de jubilación en un país con más de un 50% de paro juvenil, protestamos por los primeros fondos de dinero público que permitían rescatar a la banca (el dichoso FROB) mientras privatizaban las cajas (aquella reforma bancaria que era sólo el comienzo pero también se presentó como definitiva). En la calle y en las instituciones la oposición real a las políticas de ajuste no ha cambiado: se opuso y se opone.

Cuando se dieron la manita el PP y el PSOE y reformaron la Constitución, el artículo 135, para que todos nuestros derechos quedaran supeditados al pago de la deuda a los bancos no sólo protestamos sino que se generalizó la conciencia de que el régimen de la Transición se había terminado y empezaron a surgir propuestas por un nuevo proceso de acumulación de fuerzas que concluyera en un nuevo país definido por una nueva Constitución.

Llegó el PP y aceleró las medidas. Y siguieron las protestas. No hay más. Lo que cambiaron fueron las compañías oportunistas: donde antes era el PP el que decía oponerse a lo que pronto haría, ahora estaba el PSOE diciendo que era un desastre lo que poco antes había hecho. Pero por mucho que le joda al PP, el PSOE ya no es la oposición: el PP ya no puede defender sus políticas con un “el PSOE es igual” del mismo modo que el PSOE no emerge porque “el PP sea peor“. Es una crisis de régimen. Y ambos son (en compañía de otros) los instrumentos políticos del régimen.

Hemos salido a la calle para protestar desde hace mucho. Cada vez más porque cada vez hay más motivos. ¿Dónde estaba toda esa gente? Donde está, protestando. No toda, alguna se ha incorporado como esperemos que alguna de la que ayer se quedó en casa pronto se incorpore a la disidencia.

¿Y Cospedal? Cospedal estaba apoyando todas las medidas clave en las que el PSOE necesitara apoyo. Singularmente apoyando la más grave de todas: la reforma de la moribunda Constitución de 1978. Pero también apoyando las reformas bancarias, dando la ”bienvenida a las filas de la ortodoxia de la política liberal” al PSOE. Impostaron una oposición que era meramente electoral pero apoyaron (o no se opusieron para que fuera aprobada) cada una de las medidas clave que iniciaban el shock económico y político que venimos sufriendo al menos desde 2010. Y sus medios entonces, como ahora, mintiendo y criminalizando a quien protestara: el 15M ya eran perroflautas y los sindicatos ya eran vagos y privilegiados salvo cuando se entregaban en un ejercicio-de-responsabilidad. Eso no ha cambiado. No ha cambiado casi nada, sólo la gravedad de los ataques y de la situación de un pueblo exhausto.

Mientras, hubo quien se opuso en la calle y en las instituciones a todos y cada uno de los recortes señalando que era mentira la consigna del bipartito según la cual no había alternativa. Quienes nos opusimos entonces nos oponemos ahora. Quienes mentían entonces (desde el gobierno o desde la oposición) mienten ahora: con los papeles cambiados pero dirigidos por los mismos poderes reales.

Nosotros estábamos protestando, defendiendo con la fuerza de la que éramos capaces nuestros derechos. Y ellos estaban, como hoy, mintiendo y defendiendo a los poderosos. La diferencia es que ayer ellos mentían y engañaban y cada vez engañan a menos.

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