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Almuñécar contra la corrupción

Durán se va de bares y Lleida de rositas

Durán se va de bares y Lleida de rositas

Tomás Hernández. Costadigital

El señor Durán y Lleida, que es leridano de apellido y nacimiento, dirige, colegiadamente, eso sí, un partido político catalán.

    El señor Durán y Lleida con unos profundos conocimientos de antropología social que dejarían estupefacto al mismo Lévi-Strauss, diagnosticó hace unos meses la esencia y la causa primera de los males que aquejan a esta tierra que antes se llamó Al-Andalus, y antes Bética, y antes Tartessos, que era tierra de magos trashumantes que dice su Santidad.

    El señor Durán y Lleida dijo entonces que el mal de los males de Andalucía tiene su raíz y justificación primera en esos ricachones que viven tan ricamente del subsidio obrero y se pasan el día en la taberna, sin producir, sin conocimiento de la competitividad y hechos unos vagos zarrapastrosos. Y así, ¿a dónde vamos a ir a parar? Él no presentó datos económicos para afirmación tan certera y sagaz, ni encuestas de población, ni de trabajo. ¿Para qué? Sólo había que darse una garbeo por estas tierras para comprobar la veracidad de su aserto: las tabernas llenas de ociosos. No echó el señor Durán y Lleida una miradilla, aunque fuera de reojo, al uso endémico de la tierra en latifundios desde los años de los Reyes Católicos, ni a la acumulación de muchas rentas en muy pocas manos, ni siquiera a quienes eran, y son, en realidad los beneficiados de las subvenciones agrarias. Los que tienen la tierra, no quienes la labran. El señor Durán y Lleida tiene eso que llaman el ‘seny’ catalán, el buen juicio, que se confiere a todos los catalanes por nacimiento como a los andaluces su predilección por las tabernas y su habilidad para los ‘jipíos’ del flamenco. Por eso, por el ‘seny’, él no necesitó de comprobación alguna para sus aseveraciones sociológicas.

    El partido que dirige, colegiadamente, eso sí, el señor D. y Ll., cuando gobernaba antes de ahora, recibía unos eurillos para la formación de los catalanes desocupados. A lo mejor eran charnegos o hijos de charnegos que tenían ‘el mito de la taberna’ incrustado en los genes. Sea como sea, lo cierto es que de ese dinero destinado a los parados, el partido del señor Lleida se cogía unos eurillos (450.000 demostrados) para financiar sus sardanas solidarias, sus banderolas electorales y la megafonía de los mítines.

    Cogidos ‘in fraganti’ dicen que van a devolver el dinero. Lo harán, sin duda. Ellos pueden. Así evitarán la cárcel, el acarreo de responsabilidad alguna, y seguirán gobernando y pidiendo que nos apretemos, ¿más?, el cinturón, que la cosa está muy chunga.

    Al señor D. y Ll. los Reyes Magos, aunque fueran de Tartessos, deberían de haberle traído de regalo un espejo para que ahora pudiera mirarse en él, y dimitir luego. Porque el señor D. y Ll. dijo que todo era una campaña de desprestigio contra él, y ahora un juez dice que no, que robaron descaradamente. Pero aquí no dimite ni el rey, que anda torpón el hombre y tropieza ya de vez en cuando.

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