El debate
A mi amigo Morgan, como a mi, nos gustaba compartir con los amigos los libros que leíamos y disfrutábamos. Y de eso escribíamos. La política de ‘Tirano Banderas’ que soportamos aquí durante años, nos llevó a él a su divertido ‘morganrojo’, y a mí a estos articulillos de ‘re política’.
Ahora leo las memorias del chófer de Hitler, Kempka; la novela de un antiguo alumno y tocayo, Tomás Llopis, premio Octubre de Valencia 2012, y ‘Tras la mirada’ de ese gran, e injustamente desconocido novelista, que es el ubetense Salvador Compán, cuya prosa es más que digna de la su paisano Muñoz Molina.
De esos libros podría hablar. ¿Pero cómo, amigo Morgan, sustraerse al debate?
Creo, y me jode confesarlo, que el discurso mejor estructurado y expuesto fue el de Rajoy.
Nada era verdad, pero todo era verosímil. Ese es el arte de la oratoria y Rajoy, malgrè nous, fue el mejor.
Rubalcaba fue un desastre. Desordenado, inseguro, con tanta verdad en sus manos ahora y con tan lamentable pasado en sus palabras.
Para mí Cayo Lara fue el mejor, pero en eso no soy objetivo.
Él habló del crimen de los desahucios, del golpe de estado perpetrado en el BOE por PP y PSOE para no flexibilizar el déficit, sucumbiendo a los intereses de la banca, y trayendo miseria, injusticia, y pobreza para tantos.
Oí el debate desde las doce de la mañana, privilegio de jubilados, Morgan, hasta la derrota del Barça a las diez.
Esta conclusión me queda. Triunfó Rajoy con lo verosímil que es lo más alejado a la verdad. Sucumbió Rubalcaba con tanta verdad en sus manos. ¡Tan tarde y tan fuera de tiempo!
Así viví el debate.
1 comentario
Anónimo -
AHORA TODOS SOMOS COMUNISTAS.
BUENO, UNOS MÁS QUE OTROS.