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Almuñécar contra la corrupción

El consejero de Turismo somete su gestión al control directo de los ciudadanos

Antonio Avendaño / 19 jun 2014

Rafael Rodríguez, consejero de Turismo y Comercio // EFE

“No basta con impulsar contenidos políticos de izquierdas, también es preciso gobernar con formas políticas de izquierdas”. Son palabras del consejero de Turismo y Comercio de la Junta de Andalucía, Rafael Rodríguez, de Izquierda Unida, que a partir de hoy se somete a ocho ‘sesiones de control’ en las diferentes provincias andaluzas donde agentes del sector turístico, pero también ciudadanos particulares tendrán la oportunidad de pedir cuentas al titular de un departamento que, sumando lo turístico y lo comercial, tiene competencias sobre un 22% del PIB de la Comunidad.

La ronda de comparecencias, a las que Rodríguez acudirá con su equipo de la consejería, comenzará hoy en Málaga, capital turística de Andalucía, para continuar en julio y lo que queda de junio por las siete provincias restantes. Serán sesiones abiertas, sin rigideces protocolarias ni filtros burocráticos o administrativos. Quien quiera podrá acudir y preguntar. Será como en las sesiones convencionales de control parlamentario, pero sin las ventajas que el Reglamento otorga a a los miembros del Gobierno. Ya en 2013, con motivo del primer año de mandato de IU al frente de Turismo, el viceconsejero, Antonio Jesús Roldán, se sometió al mismo proceso que ahora protagonizará el consejero con ocasión de cumplirse el ecuador de la legislatura. El año pasado participaron cerca de 600 personas en esos encuentros para hacer balance de la gestión en materia de turismo y comercio.

Cuando accedió al cargo en la primavera de 2012, Rafael Rodríguez tenía varios retos por delante, y no era el menor de ellos quitarle al sector el miedo porque ‘venían los comunistas’. Los comunistas han venido y el sector no se ha hundido. No cierran los hoteles capitalistas, no huyen despavoridas las grandes superficies, no se abandonan los campos de golf. “Lo que hemos hecho ha sido dar participación activa al sector, les hemos dado la palabra y les hemos tomado la palabra“, explica Rodríguez a andalucesdiario.es.

UN AHORRO DE DOS MILLONES DE EUROS

“¿Los retos de Izquierda Unida al frente de Turismo? Teníamos tres aduanas que superar: demostrar que IU es solvente y tiene capacidad para gestionar con eficiencia; hacer otras políticas; y hacer esas otras políticas de otra manera”. ¿Por ejemplo? “Sacando el máximo partido a lo público, a los recursos propios; estamos elaborando seis planes turísticos y en su elaboración han participado 2.000 personas, eso es dar participación, y además, y muy importante, la redacción de esos planes la está haciendo gente de la consejería, no la hemos externalizado: además de poner en valor lo público nos hemos ahorrado dos millones de euros”.

Por si acaso hubiera sospechas, que en política no puede dejar de haberlas, de que la Consejeria de Turismo está improvisando sus estrategias de participación a raíz de los resultados electorales del 25 de mayo y el ascenso espectacular de Podemos, competidor director de la federación de izquierdas, el consejero Rodríguez se cura en salud recalcando que “esto mismo que yo voy a hacer ahora ya lo hizo el viceconsejero el año pasado; esa participación del sector la venimos propiciando desde que llegamos a la consejería, y en el tiempo que llevo como consejero yo he asistido a unas 20 asambleas abiertas”. El primer encuentro de envergadura participativa organizado por Turismo fue la asamblea de noviembre de 2012 en Torremolinos. “De hecho, todos nuestros planes surgieron de ahí porque, insisto, hay que hacer políticas de izquierdas, pero además hay que hacerlas de otra forma”.

Uno de los ejemplos de participación que pone en valor Rafael Rodríguez es el Plan de Turismo Interior Sostenible, fruto de la participación de más de 700 personas, con 1.000 propuestas de las que se incluyeron 400. ¿Y no se pierde por el camino la identidad ideológica de IU? “No solo no se pierde, sino que se reafirma, aunque lógicamente siempre haya que optar cuando todas las propuestas no caben. En cualquier caso, al final el sector, la gente no pide ni propone cosas muy alejadas de lo que yo pensaba“. ¿Y los planes sirven para algo? “Es que no solo estamos haciendo un esfuerzo de planificación, también lo hacemos de evaluación, y además utilizando un sistema de chequeo con indicadores muy novedosos que, por ejemplo, hemos presentado en un encuentro internacional en Praga. No hacemos planes para llenar las bibliotecas, sino para cambiar la realidad”.

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