IU, Podemos y Equo quieren pactar una candidatura para conquistar la capital
El País
Izquierda Unida está trabajando ya para ligar una alianza con Podemos y Equo, recabando además el apoyo de otros movimientos sociales, para forjar una candidatura que desplace a los socialistas como segunda fuerza e, incluso, alcance la alcaldía, según ha podido saber EL PAÍS.
Un candidato conjunto de IU y Podemos, con el apoyo del PSOE, se quedaría a dos ediles de la alcaldía. Aunque UPyD tendría difícil apoyar al PP en la capital, aún más le resultaría respaldar a ese candidato de izquierda. Pero tampoco parece importar en IU: lo primero es forjar un pacto, que se desea pero aún está lejos; y, luego, galvanizar al electorado para convertirse en segunda fuerza y lograr una mayoría suficiente.
Los obstáculos no serán pocos. IU es, en palabras de su ahora líder local, Ángel Pérez, una formación “complicada y contradictoria”. En la Comunidad de Madrid está fracturada en dos casi por la mitad. El sector mayoritario (representa al 51%, más o menos) controla el liderazgo regional, que ostenta Eddy Sánchez, y hasta ahora también el municipal en la capital, con Pérez. Pero sus rivales (con un 49%, aproximadamente, y el respaldo de la dirección nacional) son realmente mayoría en la ciudad; un cambio en la interpretación de los estatutos (que posibilitó la paz en la asamblea regional de abril) les permitirá ahora hacer valer su peso.
Pérez ha insistido en que no repetirá como candidato (lo fue en 2007 y 2011). Los partidarios del sector 49% han puesto en marcha las conversaciones con Podemos y Equo (y otros movimientos sociales) para encontrar a un candidato de consenso. Un candidato que no tiene por qué ser de IU, y que no está claro aún de qué forma (asamblearia, primarias abiertas, etcétera) será elegido.
El sector minoritario de IU podría haber fijado un nombre en abril a nivel interno, pero prefirió posponerlo, según indica el concejal Jorge García Castaño, anticipando la marea que podía surgir en la izquierda en las europeas.
Pero nombres no faltan. El diputado regional Mauricio Valiente es uno. O la activista Yayo Herrero, coordinadora de Ecologistas en Acción. “No queremos ser como el PSOE: primero vamos a completar el camino, y luego llegarán los nombres”, añade Castaño. “Es esto, o se nos lleva la historia por delante”, concluye.
En Podemos, “el talante, la intención y las ganas de la mayoría es confluir y ponernos a trabajar codo con codo”, señala Bibiana Medialdea, profesora universitaria y una de las impulsoras del partido en Madrid.
Se trata de sumar fuerzas “con quienes tengan claro que hay que darle la vuelta a la austeridad y poner el pago de la deuda por detrás de las necesidades sociales de la población”, añade. Pero el mecanismo está por decidir.
“Existimos desde hace dos telediarios y no somos un partido tradicional; después del verano nos plantearemos cómo organizarnos; queremos articular mecanismos de participación ciudadana no sólo para elegir candidatos sino para temas más complejos, pero hay que hallar la fórmula”, indica Medialdea. En Madrid son miles sus partidarios (y “cada vez más”, tras las europeas), pero su estructura está “en suspenso”, a falta de hallar una “permeable”. En cualquier caso, “el ánimo generalizado es unir fuerzas a favor de la mayoría", aunque “no hay nada cerrado”, concluye.
Equo logró el 2,2% en Madrid el domingo. Sus votos aportarían uno o dos concejales a la coalición con IU y Podemos. Su portavoz, Inés Sabanés, ve “factible” el acuerdo. “Ya se han superado escollos que parecían imposibles. Hay que explorar nuevos caminos; creamos una cooperativa política para forjar acuerdos locales, y ahora podemos formar un bloque que aglutine la diversidad, aprendiendo de movimientos sociales como el 15-M”, añade.
“La unidad tiene un efecto multiplicador”, tercia Mauricio Valiente. “En IU ya veníamos hablando de la convergencia de todas las fuerzas políticas y sociales de la izquierda, y ahora no sé si es posible pero sí necesario. Queda mucho por debatir, lo primero el programa, que todos queramos lo mismo. Pero con foros de participación amplios y respetando las formas de organizarse de cada formación, es posible”, añade.
“Yo voy a estar en ese proceso, no sé si en primera o segunda línea, pero estoy a disposición de la organización”, concluye.
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