IU también puede
Román Orozco. El País
Llegó con pinta de despistado profesor de latín, filólogo y políglota. Algunos pensaron que la vorágine de la política y la dialéctica de la vieja guardia se lo llevarían por delante, que sería flor de un día.
Estos días se cumple un año de su ascenso al poder y Antonio Maíllo puede sacar pecho. Elegido a la manera tradicional coordinador regional de IU en Andalucía el 16 de junio de 2013, concitó una abrumadora mayoría del 83% que no parece haber defraudado: las encuestas le dan un porcentaje de un 15% en intención de voto. Casi el doble de lo que acumulaba su formación hace dos años.
Maíllo llevó aire fresco a la anquilosada IU. En poco tiempo, se ha convertido en el líder indiscutible de la coalición, gracias a un discurso menos dogmático, más abierto y comprensible, aunque no exento de firmeza en la defensa de sus posiciones programáticas e ideológicas.
Su última hazaña ha sido abrir el partido a la sociedad. Es el primer líder nacional de cualquier partido que realizará unas elecciones primarias abiertas (militantes y simpatizantes votan) para elegir al candidato de las próximas elecciones autonómicas.
Maíllo vio venir el efecto Podemos mucho antes que otros. Quizá porque a sus 48 años está más cerca de la generación del 15-M que de quienes pilotaron la coalición en las últimas décadas, muchos ya en edad de pasar a la reserva.
Su deseo de democratizar la toma de decisiones, entre ellas la de elegir al candidato a las elecciones, chocó con una dura realidad. La escasa potencia de los candidatos que se registraron y el magro número de avales que lograron. Tan pocos que la dirección de IU tuvo que prorrogar una semana la recogida de avales. Maíllo deseaba culminar el proceso en las urnas. Que no se repitiera el voto interruptus de Susana Díaz. Lo ha conseguido.
Al menos un militante, Laureano Seco, un cartero de Mairena del Aljarafe, de 54 años y miembro de la Corriente Verde Andalucía se enfrentará el próximo sábado día 5 a Maíllo en las urnas.
La diferencia de avales entre Maíllo (2.209) y Seco (382) parecen inclinar el resultado a favor del primero. Con ello, el ganador conseguirá un plus de legitimidad. Podrá presionar en su partido. De hecho, Cayo Lara, coordinador federal, asume también las primarias abiertas y ha cedido el poder real a otro joven de la hornada del 15-M, el diputado malagueño Alberto Garzón. También saldrá fortalecido para negociar con su socio en el Gobierno de la Junta.
Si todo transcurre con normalidad, Maíllo hará historia. En su partido y en otras formaciones de izquierda. Ya nada volverá a ser igual. El dedazo o el congresazo quedan abolidos.
La batalla en la izquierda se pone al rojo vivo. Maíllo quiere demostrar ante su rival Podemos que IU también puede.
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