«Nos tratan como a animales»
¿Es posible mantener a una familia de nueve hijos con un único sueldo de 1.077 euros y sin cobrar desde hace dos meses? Cualquiera respondería que no, pero Víctor Manuel García, basurero almuñequero de 44 años, lo consigue... eso sí, pasando las de Caín. Ayer este empleado de El Mirlo contaba a IDEAL las penurias que está pasando su familia por los pagos que le debe la empresa, a la vez que impedía, junto a sus compañeros y su mujer Violeta, que las máquinas enviadas por el Ayuntamiento retiraran la basura.
«Hay que ser muy valientes para estar aquí de huelga cuando vivimos con la amenaza continua de que nos van a echar», lamentaba. «En esta empresa nos tratan como a animales», resumía Miguel Quirós, uno de los trabajadores despedidos. Según sus cálculos, a cada empleado le deben una media de 6.000 euros, lo que tiene a las familias de estos ochenta 'mil euristas' contra las cuerdas. Una de las que lo está pasando mal es Mari Carmen Flores, que tiene una hipoteca y tres niños que lleva a comer a casa de su suegra porque su monedero está temblando. «Queremos cobrar por dignidad», gritaba ayer en la puerta del mercado.
No trabaja cualquiera
La indignación generalizada de los turistas chocó ayer con la comprensión de muchos almuñequeros, que apoyaron a los huelguistas en la puerta del mercado. «Hay que se humanitarios con esta gente, no puede ser que no cobren», denunciaba Mariló, una almuñequera que culpaba al alcalde de la situación. Celia Muñoz, de 22 años, es otra de las trabajadores de la recogida nocturna de basura que pedía mejoras laborales. «En este trabajo te cortas, hueles fatal, no llevamos un buen equipo ni vamos bien protegidos... y encima yo cobro 500 euros, con un mes que no me paguen ya te puedes imaginar», se quejaba la joven huelguista.
«No cualquiera trabaja en la basura, yo la nariz la tengo perdida, no estamos bien pagados», apuntaba su compañero Francisco Martín. «Más pena que a nosotros no le da a nadie ver así el pueblo, porque nosotros somos los que nos dejamos la piel para limpiarlo», añadía el joven barrendero Francisco Arcos, que se siente «defraudado» por la actuación del alcalde. «Todos le votamos para que nos echara una mano», lamentaba este profesional, que junto con sus compañeros, asegura que está dispuesto a dejar el pueblo limpio en 24 horas en cuanto vean un atisbo de luz en este conflicto.
«Hay que ser muy valientes para estar aquí de huelga cuando vivimos con la amenaza continua de que nos van a echar», lamentaba. «En esta empresa nos tratan como a animales», resumía Miguel Quirós, uno de los trabajadores despedidos. Según sus cálculos, a cada empleado le deben una media de 6.000 euros, lo que tiene a las familias de estos ochenta 'mil euristas' contra las cuerdas. Una de las que lo está pasando mal es Mari Carmen Flores, que tiene una hipoteca y tres niños que lleva a comer a casa de su suegra porque su monedero está temblando. «Queremos cobrar por dignidad», gritaba ayer en la puerta del mercado.
No trabaja cualquiera
La indignación generalizada de los turistas chocó ayer con la comprensión de muchos almuñequeros, que apoyaron a los huelguistas en la puerta del mercado. «Hay que se humanitarios con esta gente, no puede ser que no cobren», denunciaba Mariló, una almuñequera que culpaba al alcalde de la situación. Celia Muñoz, de 22 años, es otra de las trabajadores de la recogida nocturna de basura que pedía mejoras laborales. «En este trabajo te cortas, hueles fatal, no llevamos un buen equipo ni vamos bien protegidos... y encima yo cobro 500 euros, con un mes que no me paguen ya te puedes imaginar», se quejaba la joven huelguista.
«No cualquiera trabaja en la basura, yo la nariz la tengo perdida, no estamos bien pagados», apuntaba su compañero Francisco Martín. «Más pena que a nosotros no le da a nadie ver así el pueblo, porque nosotros somos los que nos dejamos la piel para limpiarlo», añadía el joven barrendero Francisco Arcos, que se siente «defraudado» por la actuación del alcalde. «Todos le votamos para que nos echara una mano», lamentaba este profesional, que junto con sus compañeros, asegura que está dispuesto a dejar el pueblo limpio en 24 horas en cuanto vean un atisbo de luz en este conflicto.
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