Criterios urbanísticos y pelotazos
Francisco Fernández
El ayuntamiento ha cambiado recientemente algunos criterios en materia de urbanismo. Estos cambios se han aprobado el 3 de septiembre en la Junta Local de Gobierno y suponen una alteración radical de lo que se ha hecho en este pueblo durante muchos años.
La cuestión, según los servicios técnicos de Urbanismo, es una diferente interpretación del PGOU por parte de este ayuntamiento y por parte de la Junta.
Esta diferente interpretación ha motivado cientos de pleitos, lo que supone dinero y molestias para todos: particulares, empresas, ayuntamiento y Junta. Pero ha supuesto igualmente problemas para el conjunto de los ciudadanos, porque esta diferencia de criterios se concreta en tener un urbanismo sensato o un urbanismo insensato.
A partir de ahora, en este ayuntamiento se van a conceder las licencias de obras de acuerdo a la interpretación que la Junta hace del PGOU.
Pero veamos en qué consiste la polémica y llegaremos a la conclusión de que no hay otra posible interpretación, porque lo que ha hecho hasta ahora el ayuntamiento es una barbaridad alucinante.
•1. La parcela mínima y la ordenanza extensiva
El PGOU de 1987, que es el que está en vigor, establece distintas posibilidades y normas de construcción según las zonas. En general, y resumiendo mucho, dentro de lo que se llama zona urbanizable hay dos clases: extensiva e intensiva. En las zonas reguladas por una ordenanza extensiva se pueden construir casas aisladas, mientras que en la intensiva se construyen bloques.
Para poder construir en la zona llamada extensiva sin que unas viviendas se junten con otras se fija una parcela mínima, que suele ser de 1.000 metros y se le da un coeficiente de edificabilidad, que varía según las zonas. Un caso típico puede ser el 0,30. En ese caso, en una parcela de 1.000 metros se podría construir un chalet de 300 metros.
Supongamos que un promotor compra una parcela de 5.000 metros con una edificabilidad de 0,30. Según el PGOU, podría construir cinco chalet de 300 metros cada uno. Pero nuestro ayuntamiento ha venido haciendo una interpretación muy curiosa, que es la siguiente: Como en total estamos hablando de 1.500 metros construidos, en vez de cinco chalet de 300 metros, le damos permiso para hacer quince pisos de 100 metros.
Por supuesto que eso es ilegal, porque para hacer pisos ya está la zona llamada intensiva, pero eso a ellos les daba igual. Así se ha dado lugar a que se construyan bloques en los sitios más insospechados. Ejemplos hay a patadas.
•2. ¿Qué se computa como vivienda?
Después de esa barrabasada, han cometido otra mayor para permitir a los promotores ganar cantidades enormes de dinero. Por eso no es extraño que la Asociación de Promotores apoye incondicionalmente al alcalde que les ha puesto en bandeja negocios tan suculentos. Se trata de actuar fingiendo una total ignorancia y hacer lo blanco negro. Así que, durante años, han dado licencias de obras en que las escaleras, las terrazas, las bodegas, las saunas, los gimnasios, los pasillos, y un largo etcétera, no se contaban a la hora de calcular los metros de la vivienda, de tal manera que donde el PGOU permitía construir cien metros, ellos han dado permiso para construir 140 ó 150, porque esos cuarenta o cincuenta destinados a pasillos o escaleras no se cuentan.
Es difícil defender un criterio tan extraño y tan contrario a la lógica. Pero aquí se ha defendido. Y eso ha supuesto que la Junta, con más razón que un santo, haya interpuesto cientos de recursos contra licencias que eran un verdadero disparate, y un auténtico pelotazo para aquellos promotores que recibían tan importantes regalos.
Ahora el ayuntamiento ha dado marcha atrás y ha decidido que, a partir de ahora, las licencias se darán de acuerdo a los criterios de la Junta, es decir, de acuerdo a la lógica y la sensatez. Nos alegramos
•3. La alineación de los edificios
Todos hemos visto en muchas partes del pueblo edificios que se meten casi en la carretera, que se comen la acera cuando la hay. Pues bien, ese es otro de los problemas que se han originado por un dejar hacer, siempre en beneficio del promotor y en perjuicio de los ciudadanos. Ese es otro problema que se ha planteado el 17 de septiembre en la Junta de Gobierno Local.
Hay un informe del Ingeniero Municipal que dice que de forma continuada se vienen detectando problemas por la falta de concreción de las alineaciones fijadas por los servicios técnicos municipales y propone unas medidas muy razonables para que, a partir de ahora, las alineaciones queden bien claras en todos los proyectos y no se empiece el cerramiento hasta que los técnicos comprueben que el edificio que se va a levantar está en su sitio y no un metro más adelante. Esta propuesta del ingeniero, que es de cajón, se ha aprobado, pero lo que no entendemos es por qué llevamos tantos años mirando para otro lado mientras se construyen continuamente bloques que no respetan la alineación con la calle ni con los vecinos ni con nadie. Cuántos pleitos y cuántas barbaridades nos habríamos ahorrado si este control hubiera funcionado siempre. En fin, más vale tarde que nunca.
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