El horror de grado 20
En todo caso, ése es uno de los puntos que debería haberse debatido en el Congreso de los Diputados: si había urgencia o no, y quién la tenía, y por qué. Y, ya de paso, cómo puede ser que, después de tanto tiempo de ocupación militar de aquel mísero país, sus mujeres sigan igual de oprimidas y el comercio del opio florezca como en sus mejores tiempos.
Entretanto, un miembro de la Guardia llamada Civil (así denominada porque, como se sabe, es militar) resultó herido el pasado lunes en Metrovica cuando participaba con algunos colegas de la OTAN en una operación de desalojo de un edificio público ocupado por serbio-kosovares.
Esto es también fascinante.
En primer lugar, los militares-policías españoles, que supuestamente fueron enviados allí en misión de paz y de interposición, se involucran en una contienda civil, combatiendo a una de las partes. (Esto ya no es lo de “Si quieres la paz prepara la guerra”, sino, directamente, el “Haz la guerra y deja de liarme con tus filosofías”, que habría dicho el Caudillo).
En segundo lugar, el destacamento cívico-militar español participa armas en mano en la defensa de la independencia albano-kosovar, o sea, de una causa… ¡que el Gobierno de Madrid ha catalogado como injusta!
Estamos que no paramos de superarnos.
Una parte de mis amigos me dicen que vale, que de acuerdo, que todo eso es un desastre, pero que peor sería si el PP hubiera ganado las elecciones.
Seguro que la dirección del PSOE está encantada de que el PP exista. No hay nada mejor para que la gente dé por bueno un grado 20 de horror que la amenaza de que se le venga encima otro de grado 30.
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