Zaplana somos todos

José María Grandas Menéndez

Ha sido fiel, eso sí, y hasta el final, a su lema de haber entrado en la política para “forrarse”. Pero también es verdad que el que a pocas semanas de ser elegido el diputado Zaplana haya abandonado a sus votantes, comprado por Telefónica por un millón de euros al año, muestra la podredumbre de un sistema montado por unos políticos para poder robarnos tanto y tan legalmente a todos. Y, en particular, la de un PP que durante tanto tiempo no sólo ha apoyado a ese sujeto en su progresivo enriquecimiento a costa nuestra, sino que lo ha ascendido a los más altos cargos directivos, mostrando ser los demás jefes de parecido nivel de conciencia moral. Una vergüenza para todos los españoles, porque, votándole o aguantándolo tantos años sin rebelarnos eficazmente, es decir, por activa o por pasiva, en mayor o menor grado, Zaplana somos todos, y seguiremos siéndolo mientras no lo pongamos en el sitio que se merece