La Audiencia ha ratificado con fecha 11 de julio la condena por amenazas, malos tratos y contra el orden público a un trabajador y militante del PSOE de Cijuela y absuelve de desorden público a los tres concejales de IU, tal y como pretendía José Francisco Rueda Muñoz, alcalde del PSOE, según informa en un comunicado el grupo de Izquierda Unida en la localidad.
El portavoz de IU, Hilario Sánchez, considera que ésta es la condena firme de quien fue el brazo ejecutor del alcalde y que provocó la salida del salón de plenos de los tres concejales de Izquierda Unida en Cijuela el pasado mes de diciembre. Según la nota, hasta el día de la condena, todo ha continuado exactamente igual, en el último pleno, fue el teniente de alcalde del partido socialista, Antonio Uceta, quien tras obtener permiso del alcalde para hablar, algo que es inusual en el devenir de los plenos, se dirigió al portavoz de IU para decirle que las agresiones que sufren se las "han ganado".
La condena confirma también la pena de alejamiento del agresor hacia los concejales de IU a más de 100 metros y desmonta la operación de confusión y apoyo al agresor realizada por el alcalde del PSOE quien se ve desautorizado por el juzgado ya que en la sentencia firme han sido absueltos los tres concejales de IU por la acusación de desorden público llevada por el alcalde para crear confusión en el juez.
"La dinámica violenta hacia nuestra fuerza política", afirma el portavoz Hilario Sánchez, "estaba llegando a tal altura, que esta ratificación de sentencia, debe representar el punto de retorno a una nueva etapa" en la cual, las ideas políticas, las críticas y las diferencias tengan un encaje democrático y se abandonen las actitudes casi mafiosas.
El comunicado afirma que IU ha sufrido en los últimos años, pintadas a su sede, en la vivienda de un concejal, en el coche de otro concejal, diferentes insultos de familiares del alcalde y de algún concejal del PSOE. Situaciones que los ediles describen como "un clima muy difícil para los concejales de IU a que jamás han respondido a estas actitudes". Manifiesta que el alcalde está obligado a cambiar las "consignas" a sus allegados.
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