Benavides intenta trasladar su responsabilidad política y penal a otros concejales y empleados municipales
Ante la denuncia que ha presentado el Defensor del Pueblo contra Benavides, el alcalde le ha endosado la responsabilidad de esta obstrucción a la concejala de Relaciones Institucionales y a los empleados de diversos negociados municipales a los que Benavides culpa de no tramitar con diligencia las peticiones del Defensor del Pueblo. IU considera una cobardía culpar a la concejala Eva Gaitán y a los empleados municipales de actuaciones cuyo único responsable es el alcalde.
La actitud del alcalde no es nueva. Hace pocos días ocurrió algo parecido en el juicio por el cierre de la televisión local a principios de la anterior legislatura. En este caso fue Miguel Ávila, la mano derecha de Benavides en el ayuntamiento, quien asumió de manera voluntaria la responsabilidad por el cierre ilegal de la televisión local de Almuñécar. El gesto pierde valor si tenemos en cuenta que Miguel Ávila ya no es concejal y está jubilado pero no deja de ser un indicador de la catadura moral del alcalde el que permita que un viejo amigo suyo dé la cara por él arriesgándose a una condena que no le corresponde salvo en lo que pueda tener de complicidad como miembro de la Junta de Gobierno.
Asimismo, un empleado jubilado del Ayuntamiento de Almuñécar se autoinculpó de haber cambiado la cerradura del estudio de televisión por propia iniciativa, sin que nadie se lo hubiese dicho. La jugada no le ha valido en este caso según se desprende la sentencia condenatoria que se ha divulgado este fin de semana, pero ahí queda el detalle de hasta donde llega la desfachatez de Benavides al permitir que un empleado que sólo cumplía órdenes afirme bajo juramento que cambió las cerraduras por su cuenta y riesgo.
Pero la cosa no queda ahí. Algunos servicios municipales se esmeran en hacer informes "a la carta" para satisfacer los deseos de un alcalde que, cuando se sienta en el banquillo, descarga toda su responsabilidad sobre los autores de los informes. El miedo o el servilismo cooperan en numerosas ocasiones para dar visos de legalidad a decisiones que chocan frontalmente con el ordenamiento jurídico. Cuando el aparejador técnico ha sido condenado por emitir un informe improcedente acerca de la vivienda de su jefe, el arquitecto municipal, el alcalde también se ha quitado de en medio alegando que él no puede hacer otra cosa más que respetar los informes técnicos.
Es más, en bastantes Juntas de Gobierno en las que se van a tomar acuerdos polémicos o que rozan la ilegalidad, el alcalde se va de viaje y delega en el Teniente de Alcalde toda la posible responsabilidad por las decisiones.
Es perversa esta actitud del alcalde proclamando su inocencia y justificando sus decisiones en unos proyectos que él mejor que nadie sabe cómo se han elaborado.
La mayoría de las personas que trabajan bajo las órdenes de Benavides tienen miedo a expresar sus opiniones y sienten pánico si han de hacer algún informe o tomar alguna decisión que pueda desagradar al alcalde. Y motivos no les faltan porque ya sabemos el proceder de este individuo cuando no se actúa de acuerdo a sus indicaciones.
IU se congratula por la sentencia condenatoria en el cierre por las bravas de la televisión municipal. Es justo que sea condenado puesto que nadie puede dudar de que aquello fue una tropelía ordenada directamente por él. Aunque aún le queda el recurso ante la Audiencia Provincial, nuevamente pagado por el contribuyente, cada vez está más claro que este hombre acabará mal porque son ya demasiados los años que lleva cometiendo ilegalidades de todo tipo. De muchas se ha escapado gracias a las mentiras, las coacciones y la ineficacia con que actúan en numerosas ocasiones los servicios jurídicos de la Junta, pero finalmente, su persistencia en actuar a su capricho le pasará factura.
Esperemos que la Justicia siga actuando y que este señor pague por los numerosos delitos que ha cometido y sigue cometiendo en perjuicio básicamente de los ciudadanos de Almuñécar
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