Vecinos protestan por el estado ´tercermundista´ de Velilla
Los propietarios de las viviendas exigen que se presten más servicios y se garantice la salubridad. El equipo de gobierno declina hacer declaraciones y se mantiene al margen
La Opinión
DOMINIQUE BERTHOLET Varios centenares de vecinos de la playa de Velilla se concentraron ayer por la mañana ante las puertas del Consistorio sexitano para protestar por el estado "tercermundista" en que, según defienden, se encuentra esta zona del litoral granadino.
Bajo el lema ´Benavides escucha, Velilla está en lucha´, los propietarios mostraron su malestar con pancartas, megáfonos y mucha indignación. En este sentido, el presidente de la Asociación de Propietarios y Vecinos de Velilla, Francisco Regidor, señaló que "no nos molestan las obras, estamos aquí para luchar por una playa digna y limpia".
Las familias que se unieron a la protesta son, en su mayoría, propietarias de una segunda vivienda en Almuñécar, una residencia que sólo habitan durante uno o dos meses pero por la que pagan impuestos durante todo del año. Los motivos que han originado la concentración son, según varios vecinos, "lo descuidada que está la playa, que sólo limpian las papeleras una vez a la semana, el camión de la basura no pasa, hay gatos muertos debajo de las barcas en la arena y no somos animales. Esto parece tercermundista".
El objetivo de la reunión era ser recibidos, si no por el alcalde, por alguno de los concejales "responsables de esta situación", según señalaba otro de los vecinos. A lo largo de, aproximadamente, sesenta minutos, se oyeron cánticos como "Benavides da la cara" o "Menos impuestos y más servicios". El portavoz de los propietarios recordó que el 30 de junio la concejal de Tráfico y Seguridad Ciudadana de la antigua Sexi, María Dolores Sánchez, los recibió para llegar a un acuerdo. "Nosotros queríamos colaborar para que todo fuera más fácil e intentar que las obras –que cuando estén terminadas beneficiarán a todos– causen las menos molestias posibles", indicó Regidor, quien añadió que "salimos de la reunión muy contentos y convencidos de que esta mujer y el alcalde iban a cumplir su palabra, pero ahora, dos meses más tarde, siguen sin hacer nada y esto va de mal en peor".
Indignación. Los vecinos de Velilla tacharon al regidor de "cacique" y señalaron que "nos tiene a todos comprados, nos saca el dinero y se lo gasta en Marruecos, que vaya a la cárcel". Manuel, un madrileño que pasa sus veranos en la zona, declaró que "Costas da unas subvenciones al Ayuntamiento para que mantenga las playas limpias, facilita una serie de contenedores de reciclaje y destina un dinero para que esto esté digno, y esto está que da asco, ¿En qué se lo gasta entonces?". "Se aprovechan de que nosotros somos de fuera y como no estamos empadronados aquí y no votamos, nos tratan de esta manera, nos tienen marginados y sólo queremos que nuestra playa esté como Puerta del Mar o San Cristóbal", pedía Ángeles, de Granada.
Un grupo de personas mayores, algunas en silla de ruedas, afirmaban que les tienen "encarcelados"; "hay una zanja que va desde la puerta de la urbanización hasta la otra punta de la playa y no hay ni un trozo reservado para que podamos pasar, hay que saltar una cadena y atravesar una zona de paso de camiones para acceder al rebalaje".
Familias que viven en otras ciudades durante el invierno comentaban que "aquí se pagan más impuestos por un piso de sesenta metros cuadrados que por uno en el centro de Granada y luego no se presta ningún tipo de servicios". Otros, se quejaban de que el camión de la basura no pasa todos los días por allí, sin embargo, "la grúa si está todo el día dando vueltas para llevarse los coches que hay aparcados".
Pese a que el eslógan ´Benavides da la cara´ fue uno de los que más se repitió a lo largo de la concentración, ningún miembro del gobierno local salió de las dependencias municipales. Uno de los vecinos decidió entrar en el Consistorio en busca de una respuesta oficial o, al menos, una opinión corporativa sobre lo que estaba ocurriendo en el exterior del edificio.
La retirada. Mientras frente al Ayuntamiento los vecinos coreaban "Velilla existe, soluciones ya", "No es una fiebre de verano, la lucha va a seguir", "Cobarde, somos personas, no animales, sal de ahí", un coche de la Guardia Civil y una pareja de policías locales vigilaban de cerca el acto. Ya había noticias de dentro: "Nos ha atendido la secretaria del grupo popular y ha dicho que concertemos una cita con ella, que nos va a intentar ayudar a solucionar esta situación".
Algunas familias se negaban, no obstante, a rendirse tan pronto. Otros vecinos comentaban que un guardia civil les había dicho que si se quedaban mucho rato más los iban a multar a cada uno con tres mil euros". Finalmente, los afectados acabaron desalojando las puertas del Consistorio. Poco antes de las doce de la mañana, el centro comercial de Almuñécar volvía a la normalidad con turistas que paseaban por sus calles deteniéndose en los escaparates de algunas tiendas.
El equipo de gobierno no dio a conocer su postura al respecto y declinó hacer cualquier declaración.
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