No es la agenda, son las cuentas
Leí ayer en la prensa dominical que el rey Juan Carlos ha decidido hacer pública su agenda (o mejor dicho, una parte de ella porque algunas de las reuniones se mantendrán en secreto) para que su actividad sea así más transparente ante los ciudadanos que podrán conocer, dicen las noticias, incluso de qué habla en sus diversas reuniones y entrevistas.
La verdad es que eso me parece una tomadura de pelo. Una cosa es que se sepa dónde está y qué hace cada día el Jefe del Estado (entre otras cosas para evitar lo que sucedió en otras ocasiones cuando el rey estaba desaparecido, y no precisamente en combate) y otra que se quiera hacer creer que se va a informar de todo lo que hace. Es ingenuo pensar que eso es posible y razonable porque lo normal y necesario es que un gobernante tenga una agenda más o menos oculta y que lo que hable en la mayoría de las ocasiones con otros líderes no se conozca con detalle. Nadie puede extrañarse de eso ni censurarlo.
La Casa Real esapañola ha vuelto a equivocarse: la transparencia que sí interesa a los ciudadanos es otra, la de las cuentas, para que podamos conocer lo que ha hecho y lo que hace con nuestro dinero. Pero de eso no han dicho nada.
Juan Torres López es catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla
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