Las zonas forestales de la cota 200, la vega o la rambla de Puntalón están llenas de basureros que disparan el riesgo de incendios: Un mapa de vertidos ilegales sitúa más de 3.000 toneladas de basura en el medio rural de Motril
Neumáticos y plásticos de los invernaderos en Puntalón, toneladas de escombros de alguna obra y uralitas acumuladas en zonas forestales, muebles viejos en plena sierra, nidos de basura taponando las acequias de la vega motrileña... El diagnóstico de la situación del medio rural es preocupante en el término de Motril.
Lo han podido comprobar los miembros de la asociación ecologista Buxus, que tras concienzudas inspecciones se han tomado la tarea de realizar un mapa de vertidos ilegales que revela la existencia de hasta 30 zonas donde se acumulan, según sus cálculos, más de 3.000 toneladas -que se dice pronto- de basura de todo tipo. Treinta auténticos ’polvorines’ en la sierra y la vega que suponen, además de focos de contaminación que degradan el medio natural motrileño, un grave riesgo de incendios.
Las zonas forestales del entorno de la cota 200, la cota 100, la rambla de Puntalon, la vega motrileña o el antiguo vertedero son algunos de los ’puntos calientes’ de esta particular ruta de los vertederos ilegales trazada por Buxus. «Acumulan escombros, restos de invernaderos, enseres, entre otros, que por su composición y localización son potencialmente peligrosos», valora el portavoz de Buxus, experto en temas ambientales y uno de los autores del mapa de vertidos, Fernando Alcalde.
Los ecologistas advierten que en la cota 200 el principal riesgo ligado a los vertidos ilegales es el de incendios, ya que se acumulan vidrios, metales, y residuos orgánicos de los invernaderos que puede inducir el fuego en sus inmediaciones.
«Ésta es la única zona forestal cercana al casco urbano de Motril y se encuentra muy deteriorada por los abancalamientos de los años Ochenta y la actual construcción de la autovía», apunta Alcalde.
Otro de los puntos calientes de este mapa de vertidos es el antiguo basurero de Motril, que hoy en día está sellado, por lo que está totalmente prohibido el acopio de basura. Sin embargo, la costumbre y la falta de concienciación llevan a muchos a seguir arrojando al monte todo tipo de basuras, desde muebles hasta escombros.
Los vertidos más conflictivos de la zona siguen siendo los procedentes de la agricultura intensiva. En el viejo basurero pueden apreciarse, por ejemplo, montañas de los sustratos hidropónicos utilizados en los invernaderos, que absorben los restos de pesticidas.
Los residuos agrícolas se acumulan también en la Rambla de Puntalon provocando un grave riesgo de obstrucción del cauce en caso de lluvias, al igual que en la vega de Motril. Las consecuencias del abandono de la vega las conocen bien, por desgracia, todos los motrileños que sufrieron las inundaciones del pasado invierno, cuando la balsa de agua acumulada que no podía salir al mar por el taponamiento de las acequias reventó y anegó todas las zonas bajas de los barrios de la playa de Motril. La contaminación de acuíferos en la vega también es un riesgo evidente de los puntos de basura que se acumulan en la vega.
Asimismo Buxus documenta en su mapa concentraciones de escombros «que podrían estar constituyendo una actividad ilegal de almacenamiento de estos residuos en la Trinchera de Carchuna así como numerosos vertidos en la zona de ampliación de la Charca de Suárez». «No sólo existe un riesgo para las personas y el medio natural sino que se esta degradando el medio rural motrileño y la imagen de la ciudad, perfectamente distinguible desde la carretera nacional y la red de caminos», lamenta Alcalde.
Para la asociación ecologista Buxus la gestión de las toneladas de residuos que se acumulan en los vertederos ilegales es una competencia municipal «que evidentemente no se está ejerciendo y que viene a sumarse a otras actividades de abandono del medio ambiente motrileño como la destrucción del arbolado urbano, la paralización de la ampliación de la Charca de Suárez, el abandono de la red de senderos y en general las políticas desprotección de la naturaleza en nuestro municipio».
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