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Almuñécar contra la corrupción

La carta

La carta

Cadena Ser. José Martí Gómez

Ha empezado en Marbella el caso Malaya. Un juicio por corrupción que durará un año.

¿Cómo ves ese macrojuicio que sienta en el banquillo a un centenar de personas?

Con mucha prevención. Desconfío de que pueda acabar bien porque mi experiencia en macrojuicios, viví el caso de la colza y el caso Sofico, es que se acaban convirtiendo en un galimatías de difícil solución, bien explotado por los procesados. Por bien que acabe, no admitiendo la prescripción o la nulidad que ya piden la mayoría de abogados defensores tendremos casación de cinco mil folios, recursos al Constitucional y a Estrasburgo y, lo que es más grave, no se recuperará ni el diez por ciento de lo chorizado. Porque lo chorizado fue mucho. Como diría Jorge Rojano, mi atracador jubilado de cabecera, esto es una vergüenza nacional.

¿Crees posible se acepte la nulidad por defecto procesal al considerarse que se vulneraron derechos en las escuchas?

Creo que se rechazará en este momento pero se puede tener en cuenta al redactar la sentencia. En una investigación de esta envergadura cabe la posibilidad de que se haya podido cometer algún desliz procesal. La frontera legal en el control telefónico a abogados me la ha trazado un magistrado del Supremo al que he acudido en busca de dirección espiritual sobre el tema. Por su complejidad su tesis te la expondré si se da esa nulidad.

El caso Malaya ¿es una gran ramificación de lo que fue el gilismo en Marbellla y otras poblaciones de Andalucia?

No cabe duda. Sí al poderoso corruptor que fue Roca se le lleva a la Audiencia desde la cárcel es porque está cumpliendo condena por el caso Saqueo en tiempos de Jesús Gil. El entonces jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo me recordaba esta semana como llevaron el caso él y Castresana y como la fiscalía se planteó ya entonces, dos años antes de que empezase la larga investigación del caso Malaya, la disolución del Ayuntamiento de Marbella y su sustitución por una comisión gestora. "Era una cueva de ladrones entonces y lo ha seguido siendo", me ha dicho Jiménez Villarejo. Los ahora procesados son herederos de aquella corrupción.

¿Cómo se tardó tanto en desmantelar el tinglado?

Era una red muy extendida que se supo aprovechar de la permisividad del gobierno autonómico y de las leyes del suelo. Según Andrés Márquez, los años que presidió el Contencioso Administrativo de la Audiencia de Málaga el 70% del trabajo era por impugnaciones derivadas del Ayuntamiento de Marbella. Márquez le escribió una carta a Iñaki Gabilondo explicándole el problema y si no recuerdo mal Iñaki la leyó en su programa en esta emisora. Por otra parte, los investigadores recibieron muchas presiones. El juez que abrió las primeras diligencias contra Gil recibió amenazas, sus hijas tenían que ir con escolta a la escuela y ya en Madrid la tensión sufrida le provocó un infarto. A la juez Blanca Ester la machacaron y la condenaron por prevaricación hasta que desde el Supremo Martín Pallin casó y anuló la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Jiménez Villarejo, al que Gil le insultó y amenazó, recuerda que cuando quisieron apartar a la juez Ramírez, implicada en la red de corrupción junto a su familia, el fiscal general Jesús Cardenal les negó la competencia. Y ya que hemos llegado a Cardenal podemos pasar al triángulo Cardenal-Marchena-Garzón.

¿De qué va la película?

De serial a la italiana. El magistrado Marchena, que imagino que como todo juez o magistrado brillante ha dado multitud de conferencias pagadas por bancos o cajas de ahorros, es el azote de Garzón en el tema del curso que este dio en Nueva York. Marchena, con un brillante expediente personal, afín a Trillo y Michavila y magistrado de la sala segunda del Supremo llegó a Madrid de la mano del fiscal general Eligio Hernández, alias Pollo del Pinar por ser practicante de lucha canaria. Un desastre de fiscal general nombrado por el PSOE. A Marchena lo heredó Jesús Cardenal, conocido en la judicatura del País Vasco con el alias Leche Fria. Otro desastre de fiscal general, este nombrado por el PP. Como fiel perro de presa Marchena se opuso entonces a que se imputase al ministro Piqué y hoy se tira a la yugular de Garzón.

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