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Almuñécar contra la corrupción

Convergencia miente cuando habla del hotel Cortijo

Convergencia miente cuando habla del hotel Cortijo

En los últimos plenos y en octavillas recientes hemos tenido ocasión de comprobar una vez más la capacidad innata para mentir de Convergencia. No ha sido ningún grupo político el que ha declarado ilegal el Hotel Cortijo: el Tribunal Supremo declaró el 21 de mayo de 2009 que la licencia de obras es nula.

Antes de llegar el tema al Supremo, el Hotel Cortijo ya había sido declarado ilegal por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Y a la misma conclusión habían llegado años antes todos los tribunales que han enjuiciado el tema en los distintos recursos presentados por el ayuntamiento y los propietarios. Y eso mismo acaba de decir el Consejo Consultivo de Andalucía. Todos los tribunales que han juzgado el tema han dado la razón a la Junta, que presentó un recurso al comprobar las múltiples ilegalidades que se habían juntado para sacar adelante este proyecto. Al menos en esta ocasión no lo presentó fuera de plazo.

Benavides, en lugar de ejecutar la sentencia, como le obliga la Ley, lleva años dilatando el tema y saltándose a la torera las decisiones de quienes dan y quitan razón en este país.

En casos como este se comprueba perfectamente la corrupción que impera en el municipio: a los ciudadanos de a pie se les obliga a demoler un muro, una terraza, un apero o un porche supuestamente ilegales sin esperar a que haya ninguna sentencia. Es el alcalde quien hace de juez y decide si una obra de tal o cual vecino es ilegal o no, de tal manera que, si quien incumple la legalidad es un amigo, puede estar tranquilo que aquí se buscan todas las triquiñuelas posibles.

Para justificar estas actuaciones contrarias a la legalidad, para amparar la corrupción, se basan siempre en el mismo cuento, que este hotel va a crear riqueza y que van a crear cientos de puestos de trabajo. Es el cuento de la lechera que sirve para intentar engañar a tantas criaturas que están sin trabajo por culpa de un capitalismo indecente que permite estas situaciones de paro y pobreza mientras los alcaldes cobran 80.000 euros y contratan asesores a diestro y siniestro, los ministros tienen sueldos de por vida o los banqueros disfrutan de pensiones supermillonarias.

La realidad demuestra que el argumento de los puestos de trabajo es mentira. Antes de hacer un hotel, el empresario y el alcalde siempre hablan de cien puestos de trabajo, o doscientos, que más da. Luego, cuando vamos a ver los hoteles abiertos, comprobamos que raramente se pasa de treinta o cuarenta empleos, y que más de la mitad son eventuales o con falsos contratos de media jornada, por no hablar del incumplimiento permanente de los convenios, que también son leyes.

El alcalde y sus portavoces intentan trasladar a la opinión pública la opinión de que ellos están a favor de los hoteles mientras que los demás estamos en contra de los hoteles, de la creación de empleo y de todo lo que suponga bienestar.

Haría bien el alcalde en contar los cientos de hoteles que se han construido, con el visto bueno y el apoyo de Izquierda Unida, en los miles de pueblos españoles en que esta organización tiene concejales o alcaldes. Pero una cosa es estar a favor de que se hagan hoteles y se genere empleo y otra muy distinta es amparar la ilegalidad y la corrupción.

Cuando se permite hacer hoteles ilegales en suelos no urbanizables, además de cometer una ilegalidad, se está perjudicando a otros empresarios que han comprado suelo urbanizable para hacer sus hoteles, sus hostales o sus pensiones. Amparar la competencia desleal no es bueno porque al final aquellos hoteles que han pagado su terreno a precio de mercado no pueden competir con aquellos otros que, haciendo trampas, han pagado un precio de saldo por unos terrenos en los que, supuestamente, no se podía edificar. 

Pero es que, además, el discurso de Convergencia es hipócrita en este tema. Si este hotel Cortijo declarado ilegal hay que abrirlo al precio que sea, sería bueno que el alcalde explicara por qué la primera decisión que tomó cuando llegó a la alcaldía en 2003 fue ordenar la paralización del Hotel Picadilly o por qué bloqueó los trámites para construir el Hotel Mayoral, o por qué tiene ahora mismo parado el Hotel Fuerte en La Herradura.

Los hoteles que le interesan al alcalde son aquellos en los que él y sus asesores tienen arte y parte. Cuando se promueven fuera de su despacho hace todo lo posible por boicotear las iniciativas.

Ejemplos no faltan, como el Hotel Picadilly que ya estaba con la estructura terminada cuando Benavides llegó a la alcaldía en 2003. Tenía licencia de obras en toda regla. Los informes de los técnicos municipales decían que todo estaba bien. Pero él pensaba que esa licencia estaba mal dada, que se habían autorizado más plantas de las que permite la normativa. Y ordenó paralizar el hotel. Ocho años lleva parado. ¿Por qué no habla el alcalde o su portavoz de los cien puestos de trabajo que podía haber creado ese hotel?

Cuando llegó a la alcaldía en 2003 también tenía sobre la mesa un proyecto bastante avanzado para construir un hotel junto al Hotel Bahía Tropical. Era el llamado Hotel Mayoral. El alcalde opinaba que en aquella parcela no se podía hacer un hotel porque ya se habían construido otros edificios y la parcela no tenía edificabilidad suficiente. El alcalde no esperó a que hubiera sentencia sino que ordenó parar aquello. Y de aquel hotel no se llegó a poner ni la primera piedra. Otros cien puestos de trabajo menos, según sus cuentas.

El Hotel Fuerte es de juzgado de guardia. Durante varios años, el alcalde estuvo criticando a la Junta porque no daba permiso para hacer ese hotel en La Herradura. Hubo mítines, recogidas de firmas y todo tipo de manipulaciones. Aquella iba a ser la salvación de todos los desempleados del pueblo. Aunque había hoteles cerrados en La Herradura por falta de negocio, la solución era abrir otro nuevo, que ese sí que estaría lleno y abierto todo el año y daría trabajo para todos.

Con el paso de los años, pasó lo que siempre pasa, que la Junta cambió de criterio. El 1 de marzo de 2007 la Junta dio el visto bueno al hotel aprobando la modificación puntual 98. Ya no había ningún impedimento legal para hacer el hotel. Durante unos meses, la empresa no se decidió a meterle mano a la obra y cuál no fue la sorpresa cuando el alcalde acordó retirarle la licencia. Ese acuerdo lo tomaron Benavides y su equipo de gobierno el 8 de enero de 2008 y fue ratificado por la Junta de Gobierno de forma definitiva en su reunión del 4 de agosto del mismo año.

La empresa Hoteles Fuerte ha presentado alegaciones y ha recurrido a los tribunales porque quieren hacer el hotel, pero no han conseguido nada por ahora. Así que ya van para cuatro años desde que la Junta dio permiso para hacer el Hotel Fuerte pero el hotel sigue sin hacerse. Y en estos momentos, el único culpable de que no se haga ese hotel es Benavides, que ha declarado caducada la licencia y le dice al hotel que si quiere hacer obras que pida otra licencia nueva para poder ingresar en el ayuntamiento unos miles de euros que le permitan seguir trayendo a sus bien relacionados amigos a dar charlas y hacer esculturas.

Por eso podemos afirmar que esas declaraciones acerca del empleo y de la riqueza son embustes de Benavides que no tienen más finalidad que la de engañar a los ciudadanos para justificar el incumplimiento permanente de la legalidad en defensa de unos intereses que no son los de los almuñequeros.

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