Qué penita nos da ahora la represión, pero bien que les vendemos armas.
Egipto, Libia, Argelia, Arabia Saudí, Marruecos, Túnez. España ha vendido en los últimos años millones de euros en armamento y material de defensa a los países que hoy viven las revueltas por la democracia en Oriente Medio y el Magreb. Unas revueltas que son la consecuencia de años de represión política, policial, militar y que han tenido su capítulo reciente más extremo en el bombardeo sobre civiles en Libia para contener la oposición a Muamar el Gadafi.
El Gobierno de España ha anunciado esta semana que cancelará toda las operaciones de venta de armamento a Libia, pero en ese país hay material de defensa y policial fabricado en España desde 2005, después de que la comunidad internacional levantara el embargo sobre el régimen de Gadafi y se retomara el comercio de armas con su país.
Es más, la venta de armas españolas a Libia se disparó tras la visita de su presidente Gadafi a Madrid. Se cerraron acuerdos en material de defensa valorados en 1.500 millones de euros, según un informe de la embajada de Estados Unidos filtrado por Wikileaks y publicado en 20minutos.
Solo en la primera mitad de 2010, Libia recibió por parte de empresas españolas material militar para aeronaves por valor de 3,3 millones de euros. Las Fuerzas Armadas de Libia, según los datos oficiales, se gastaron en España casi 7 millones de euros y estaban a la espera de tramitarse operaciones autorizadas por valor de 7 millones más.
¿Qué vínculo puede haber entre ese material español y los helicópteros y aviones que Gadafi utiliza para bombardear a los libios? “Es casi imposible de probar porque en los informes de exportación que se hacen públicos no consta exactamente qué se ha vendido, sino el tipo de material: de vehículos, de aviación… pero no podemos saber exactamente si son granadas o máscaras de gas, por ejemplo”, ha dicho Irene Milleiro de Intermón Oxfam. “En cualquier caso”, ha puntualizado Jordi Armadans, de Fundació per la Pau, “está claro que el armamento que Gadafi está usando procede de Europa”.
En 2009, Libia también fue uno de los destinos principales de los materiales de doble uso (policial y militar) fabricados en España. Más de 12 millones de euros en radares para navegación y control del tráfico aéreo civil con repuestos para mantenimiento, así como en sustancias químicas para uso académico, según el informe oficial. En 2006, Libia compró a España armas por valor de 25.953 euros. En 2008, se autorizó la venta de 3 millones de euros en “lanzagranadas”, según el diario Público.
Estas operaciones fueron autorizadas por el Gobierno de España a pesar de que la ley especifica muy claramente que está prohibido exportar material de defensa a países donde “puedan utilizarse de manera contraria al respeto debido y la dignidad inherente al ser humano, con fines de represión interna”.
“Qué penita nos da la represión, pero bien que luego les vendemos armas”, ha dicho Jesús Núñez, director del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, una de las organizaciones de la campaña Armas bajo control.
Estas son otras exportaciones autorizadas al norte de África y Oriente Medio en la primera mitad de 2010, según datos oficiales recogidos por la coalición de ONG Armas Bajo Control:
- Argelia: 528.068 euros bajo la categoría “aeronaves”.
- Egipto: se realizaron exportaciones por valor de 464.669 € en bombas, torpedos, cohetes, misiles y material de aeronaves.
- Israel: las operaciones autorizadas ascienden a 5,6 millones de euros, de ellos 3 millones en vehículos terrestres y 2,6 millones en aeronaves.
- Marruecos fue el destinatario de material de defensa por valor de 1,1 millones de euros.
- Túnez: las exportaciones autorizadas suman 778.480 euros en materiales energéticos, mientras que las realizadas ascendieron a 778.480 euros en bombas, torpedos, cohetes y misiles. Para este país también se autorizó la venta de armas de caza y tiro deportivo por valor de 228.495 euros y se vendieron en la misma categoría cartuchos de escopeta por 171.952 euros.
- Arabia Saudí recibió material de defensa por valor de 1,5 millones de euros en el primer semestre de 2010, entre vehículos terrestres y aeronaves. Todavía en trámite, aunque autorizadas, están las ventas por importe de 4,2 millones de euros más.
Son datos específicos de la primera mitad de 2010 (que tardan casi un año en hacerse públicos), pero el histórico habla de ventas millonarias de armas y aviones a Arabia Saudí en 2009, Barein en 2008, Jordania, Siria… “Son clientes tradicionales de España, y que las revueltas no se hayan visto venir no es excusa. Esos países ya eran destinos peligrosos antes de las revueltas”, ha dicho Núñez.
El sector del armamento en España no está en crisis. Durante los primeros seis meses del año pasado se autorizaron exportaciones por valor de más de 1.600 millones de euros, un 33,3% más que en mismo periodo del año anterior. Más del 80% de estas ventas se alcanzaron con empresas o países de la Unión Europea o de la OTAN. El resto se repartieron entre 44 países. Entre ellas las mayores partidas correspondieron a Malasia (171 millones de euros, por un submarino), Venezuela (106 millones de euros, por un buque de vigilancia del litoral) y México (49,6 millones de euros, por dos aviones de transporte militar y partes y piezas para modernizar aviones comprados anteriormente).
Además de los países que ahora son un caso extremo de riesgo, España también ha vendido armamento en 2010 a otros países cuya realidad no encaja en los requisitos que exige la ley, según las organizaciones internacionales de derechos humanos, como Colombia, Pakistán, Irán o Taliandia.
En el caso de Estados Unidos, según la campaña Armas bajo control, “no hay garantías suficientes de que las armas españolas no puedan tranferirse a alguna de las numerosas empresas privadas de seguridad que realizan labores de apoyo a las fuerzas estadounidenses desplegadas en Afganistán, Pakistán e Irak. Además, en muchos Estados del país existen controles laxos sobre las ventas privadas de armas”.
La Comisión interministerial que regula las operaciones comerciales de armamento (aquí te contamos cómo funciona) no denegó en el primer semestre de 2010 ninguna exportación de material de defensa, ni de material antidisturbios, ni armas de caza y tiro deportivo al norte de África.
Por el contrario, sí se denegó una operación de material de doble uso a Irán, dos a Pakistán y cuatro a Yemen. En todos los casos se trataba de sustancias químicas, y la razón de la denegación fue el “riesgo de desvío para producción de armas de destrucción masiva y la existencia de denegaciones de otros países”.
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