Mi yerno y yo
Hugo Martínez Abarca
Demos por hecho que el mismo párrafo que en 1994 se refería a Roldán, Mariano Rubio y el resto de ladrones de los que se rodeó Felipe González se refiere en 2011 a Urdangarín y no a Matas, Camps y el resto de ladrones de los que se ha rodeado Mariano Rajoy. Juan Carlos de Borbón podría salir a la calle con una escopeta recortada, disparar contra todo lo que se mueva y volver a palacio por el carril contrario y con 1 gramo de sangre por litro de alcohol y según el artículo 56.3 de la constitución nadie podría juzgarle por ello. Es poco verosímil que haga algo así, pero tampoco podría ser juzgado si hubiera aprendido del que fuera administrador de sus cuentas (lo que en otros casos se llama testaferro) Manuel Prado y Colón de Carvajal, de sus íntimos amigos Javier de la Rosa y Mario Conde o de su yerno, a robar del erario. Ni si fuera verdad que a través de “Manolo Prado” Juan Carlos recibía de la monarquía saudí unos céntimos por cada barril de petróleo que importamos a aquel paraíso democrático.
Que una persona que está judicialmente blindada como Juan Carlos de Borbón diga que la justicia es igual para todos y entendamos que se está refiriendo a que la justicia tratará la corrupción de su familia igual que cualquier otra es una mofa al país (mofa, por cierto, que aplauden hoy PP, PSOE, CiU y Compromis-Q al menos).
Por poner un ejemplo práctico: hace unos días todos los medios de comunicación contaron que fuentes oficiales de la Casa del Rey explicaban que en 2006 la Corona había pedido a un abogado que examinara los chanchullos de Urdangarin y decidieron que lo que había que hacer era conseguirle un sueldo (Telefónica Internacional, que tan pronto emplea a Zaplana como al duque), cerrar el Instituto Noos (sustituyéndolo por una Fundación según unas versiones y sin sustituirlo por nada según las fuentes oficiales de la real Casa: ocurre que de hecho Iñaki lo sustituyó por una Fundación) y mandarle al extranjero, en concreto a Washington. Como no soy abogado, se me deben de escapar matices, pero esto que cuentan fuentes oficiales de la Casa del Rey suena muy parecido a lo que define como encubrimiento el artículo 451 del Código Penal:
Será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años el que, con conocimiento de la comisión de un delito y sin haber intervenido en el mismo como autor o cómplice, interviniere con posterioridad a su ejecución, de alguno de los modos siguientes:
- Auxiliando a los autores o cómplices para que se beneficien del provecho, producto o precio del delito, sin ánimo de lucro propio.
- Ocultando, alterando o inutilizando el cuerpo, los efectos o los instrumentos de un delito, para impedir su descubrimiento.
No hace falta investigar: haya encubierto o no el rey a Urangarin según confesión propia… no ha cometido delito de encubrimiento porque es mentira que la justicia es igual para todos: el rey no está sujeto al Código Penal y punto. No hay que recordar que para que Botín no fuera un delincuente los tribunales se inventaron la Doctrina Botín, ni que el indulto a Miguel Montes es sorprendentemente más chapucero que el indulto al banquero Sáenz, ni que desde hace años muchos habíamos escuchado que Urdangarín había sido enviado a Washington porque se estaba pasando en el descaro con sus chanchullos pero nunca nadie lo ha investigado y, de hecho, si ahora lo investigan es porque apareció en el caso Palma Arena: investigaron a Matas y apareció Urdangarín, nunca investigaron directamente a Urdangarín pese a que lo suyo era un clamor (como escribía el otro día Elvira Lindo con sorprendente tino: “si lo sabía yo, es que lo sabía todo el mundo“).
En una monarquía la justicia es formalmente desigual para todos. Miente quien diga que justicia es igual para todos. Si lo sabrá Juan Carlos de Borbón.
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NOTAS AL PIE DEL DISCURSITO:
1.- Sorprende la foto de la mesita con Zapatero y Rajoy unidos por el monarca. ¿Está denunciando el turnismo bipartidista del que es vértice o está pidiendo más unidad del bipartito como hizo el año pasado con la selección de fútbol?
2.- En 2010 Juan Carlos de Borbón sólo dijo del terrorismo que “es una lacra que debe desaparecer“. La lacra ya ha desaparecido: ya no habrá terrorismo. Pero el discurso del rey tiene por objeto aparentar neutralidad en lo que es un discurso de parte. Así que sin hacer mención a que por fin nadie va a ser asesinado, secuestrado ni amenazado ni nada por ETA cambia de discurso y, al mayororejense modo eleva el listón: “los terroristas tienen que entregar las armas y desaparecer“. No hay alegría por el triunfo de este año sino sólo nuevas exigencias. Eso no es neutro, es parte de un aparato de propaganda inmovilista.
3.- ¿”La reina y yo“? No: primer discurso de nochebuena sin citar a la reina. ¿Otra que desaparece del Museo de Cera? ¿Cese temporal de la convivencia o el yernísimo está generando una bronca en Zarzuela entre quienes quieren mandarlo a la sala de deportes del museo y quienes se fotografían con él de compras en Washington? Primero sacaron a Marichalar pero como yo no era Marichalar no hice nada, después fueron por Urdangarín, pero como yo no era…
4.- En cuanto pueda reviso quién ganó la porra de ayer y ya lo comentaré por aquí.
http://blogs.tercerainformacion.es/iiirepublica/2011/12/25/mi-yerno-y-yo/
* Dibujo de Mena.
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