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Almuñécar contra la corrupción

Las represalias contra el PP demuestran que la moción de censura ha molestado a Benavides

Las represalias contra el PP demuestran que la moción de censura ha molestado a Benavides

La decisión de Benavides despidiendo a las dos secretarias de grupo que tenía el PP es la última muestra de que la moción de censura no era un amaño entre Benavides y el PP. Las declaraciones de sus portavoces oficiosos en los días posteriores a la moción, el escrito de Ledesma y la sustitución de Antonio Díaz por Daniel Barbero en la Mancomunidad eran pruebas evidentes de que la moción de censura había irritado profundamente a Benavides. La última represalia no hace sino confirmar ese análisis.

En IU ya sabemos desde hace tiempo que Benavides es un cacique y es posible que quienes lo han apoyado en toda la legislatura ahora se arrepientan de algunas votaciones y componendas por las que se ha marginado a Izquierda Unida de manera tan injusta como consensuada.

El hecho de que IU y PA no tengan secretaría de grupo ni local en el ayuntamiento se debe a un pacto entre Benavides, el PP y el PSOE, que firmaron al empezar la legislatura una componenda por la cual, a cambio de algunas migajas para ellos, concedían a Benavides todo lo que exigió: diez concejales liberados, cuatro cargos de confianza y nada de nada para aquellos grupos que se habían mostrado claramente opuestos a cualquier forma de pasteleo.

El pacto incluía el respaldo al grueso de su política y hacer la vista ciega ante una retahíla de nombramientos tan costosos como inútiles, o ante acuerdos claramente irregulares que nos van a costar mucho dinero a los ciudadanos, como fue la rescisión unilateral del contrato con El Mirlo o esta aventura alocada en torno a la recaudación.

Ahora le ha tocado al PP y lo lamentamos como demócratas. También le habría tocado al PSOE de haber apoyado la moción de censura, pero por ahora pueden estar tranquilos.

Además de una cacicada, la resolución de alcaldía es completamente ilegal, ya que la decisión de nombrar secretarías de grupo se adoptó en un pleno y el alcalde no tiene competencias para anular ese acuerdo. Tan ilegal, en cualquier caso, como la negativa de un local en el ayuntamiento para el grupo municipal de IU.

En cualquier caso, es imaginable que en breve, el Pleno ratificará, con el voto a favor de los once concejales que ya tiene Convergencia, esta medida y quizá alguna otra destinada a reducir o eliminar el número de concejales liberados que ahora mismo tiene el PP. Incluso  es previsible que vaya a Pleno una nueva elección de los representantes de Almuñécar en la Mancomunidad. El acuerdo que salga de este pleno con una nueva mayoría será tan legítimo como aquel que dejó tan bien situado en la Mancomunidad y en la llamada oposición al PP.

En IU asumimos el primer día de legislatura que nuestro objetivo era quitar a Benavides de la alcaldía y sabemos que fruto de esa determinación política estamos sin secretaría de grupo y sin local. Así pensamos seguir porque pensamos que la política no debe estar basada en cálculos electoralistas o en intereses personales de militantes concretos.

Es bueno recordar que el primer día de legislatura Benavides se dirigió a Izquierda Unida tendiéndole la mano para un posible acuerdo de gobierno. La respuesta de IU estuvo en línea con lo que habíamos explicado hasta la saciedad en nuestra campaña electoral.

La moción de censura por parte de IU empezó ese día y seguriá vigente hasta que concluya la legislatura. La respuesta de otros grupos estuvo más basada en el cálculo interesado. Algún día llegará la hora de contar las razones esgrimidas por unos y otros para conceder a Benavides todas las liberaciones que pedía y un sueldo muy por encima del que tenían el resto de concejales.

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