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Almuñécar contra la corrupción

La carambola perfecta, rien ne va plus

La carambola perfecta, rien ne va plus

Rosa María Artal

La carambola les ha salido perfecta. Los controladores aéreos pusieron torpemente la bola en la mesa facilitando la jugada. La ciudadanía, infantil, egoísta y desinformada, encontró un chivo expiatorio. Se indignó y se asustó. Y allí estaba el gobierno para darle seguridad con una reacción contundente.

Apoyémonos en las terribles pérdidas del sector, en el daño a la imagen exterior de España. Vamos, que el rescate anunciado desde la izquierda a la ultracaverna va a ser culpa de los controladores. Y el “y tú más” político y mediático para distraer. Curritos y medios neoliberales –prácticamente todos- gritan en distintos registros: “Privatización, ya”. Y cárcel. Y hoguera si se tercia. Las ejecuciones públicas para calmar el hambre hace siglos ya que se inventaron.

  Y temo por los controladores, por Cesar Cabo que ha dado la cara continuamente -intentando la cordura además en el paro que ocasionó el colapso aéreo-, porque el populacho fanático es muy peligroso.  Mucho más con España en “estado de alarma” y militarizada. ¡Quién nos lo iba a decir en democracia y por esta razón!

   Se da la paradoja de que un político que ha vivido largamente del Estado en diversos cargos, Ignasi Guardans, llama a la violencia contra los controladores en twitter: Si conoces a un controlador aéreo, sácalo de su cómodo anonimato entre sus vecinos. Hacen daño a ciudadanos inocentes escondidos en la masa”.  Macarthismo en estado puro. Visto en este imprescindible artículo.

Los niños y las mentes infantiles de cualquier edad precisan tener miedo para que venga papá protector y se lo quite. Entregan su vida y hacienda a cambio de una supuesta seguridad que siempre pide más. El miedo es yonki. El poder también. Fatídica casualidad la servida en bandeja por los controladores.

Son tantos desatinos los vistos y oídos en esas intensas 24 horas de paro aéreo que, en efecto, sí creo que ha quedado muy dañada la imagen de España. De sus gentes. El país del “yo”, de la víscera sin seso, que no piensa en el bien común como hace la gente educada. El que mira las hojas, las enmaraña y nunca ve el bosque, porque para ello se precisan perspicacia y criterio. 24 horas. Un día. Un ejercicio completo. Toda una vida. El desmadre. La carambola.

Y las privatizaciones, sí señor. Saquemos la pancarta para pedirlas, para suplicarlas. Los que las buscan para llenarse los bolsillos, y los curritos imbéciles, los bebés, los conejitos que persiguen la zanahoria que jamás comerán.

Veamos. Telefónica funciona, privatizada, fantásticamente para los intereses de sus dueños. Gana millones. A costa de, por ejemplo, cobrarnos a los incautos españoles las tarifas más caras de la UE. Repsol obtiene cuantiosos beneficios. Sus dueños y accionistas. Argentaria forma ahora parte del poderoso BBVA que compra bancos y se sienta en la Moncloa a consulta, o a dictar “consejos”. Todos lo hacen. No sigo con lo privatizado, la lista es larga ya. Todo eso era nuestro, del Estado. Ahora engrosa bolsillos privados y nosotros no vemos un céntimo. Por el contrario, presionan para que nos quiten los que nos quedan en aras del libre mercado y su voraz intranquilidad.

Y vayamos a los servicios de uso ciudadano. La empresa privada se basa en el principio de la rentabilidad. Invierte menos para ganar más. París tuvo que “renacionalizar” el agua por los problemas que causó la falta de inversiones del concesionario privado. Las loterías proporcionan enormes ganancias, ahora serán para cuentas privadas. El espacio aéreo estará mejor privatizado, sin estos malcriados controladores que han puesto en juego mucho en su torpe jugada. Pues igual se lleva el negocio Diaz Ferrán. ¿Mejor así?

Venga pues, abramos la puerta de nuestras casas, que entren a saco y se lleven hasta la ropa sucia para venderla. ¿Cómo se puede ser tan cretino si uno no va a rellenar su cuenta corriente con ello?

Así que la carambola… perfecta. Pasen señores pasen. Rien ne va plus.

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