Indignarse y hacer política
Joan Josep Nuet i Pujals
El Conseller de Interior del Govern de la Generalitat, Felip Puig, hoy piensa que ha matado dos pájaros de un tiro; por una parte ha dado un paso de gigante para criminalizar el movimiento de protesta del 15-M, gracias a las acciones de grupos violentos que le permitirán mantener el discurso que ya estaba manifestando desde hacía semanas, aunque el 27-M en la Plaza Catalunya le salió el tiro por la culata. Por otra parte, ha conseguido que el foco mediático se concentre en las acciones violentas y no en los motivos de indignación por la aprobación por parte de la derecha de CiU y PP de los presupuestos de los recortes.
Hacía tiempo que se intentaba por parte de CiU, PP y sectores del PSOE situar fuera de órbita al movimiento del 15-M, y era una cuestión de tiempo que se desplegara toda la fuerza mediática para atacarlo acusándolo de todo lo contrario a sus pretensiones, de violento y antidemocrático.
El movimiento, como todo el mundo sabe, es plural y sigue pautas incomprensibles para los partidos que quieren amoldarlo a los parámetros del juego parlamentario. Esto es debido a varios factores, como por ejemplo:
1. Toda una generación de gente joven que nutre al movimiento ha socializado de forma muy diferente a las anteriores generaciones su inclusión social, sin trabajo o en condiciones de precariedad extremas sin estabilidad laboral, con profundos desajustes entre su formación y un mercado laboral precario que ofrece trabajos sin calificación y mal remunerados, altas tasas de fracaso escolar.
2. Un empobrecimiento de la democracia real con un sistema de bipartidismo y ley electoral construidos en la transición para imposibilitar cambios políticos y sociales de transformación.
3. Un sistema representativo dominado por aparatos profesionales de partidos.
4. Un despliegue de la corrupción en un encaje entre un sistema productivo especulativo y un sistema político a su servicio, una política al servicio de los intereses económicos oligárquicos y especulativos.
5. Una burbuja inmobiliaria que ha especulado con la vivienda convirtiéndolo en un bien de cambio y no en un bien de uso social.
6. El sistema oligárquico y especulativo ha provocado la crisis y no asume ninguna responsabilidad por ello, al contrario, quiere pivotar las soluciones para incrementar aún más sus ganancias.
7. El sistema político y parlamentario se doblega ante las decisiones especulativas (enmascaradas con los mercados) y sustituye los soportes democráticos por decisiones no democráticas.
Con todo ello, el cóctel del 15-M está servido y la izquierda de nuestro país no tiene nada fácil reconectar con esta nueva forma de participar críticamente en política, si encima se observa este movimiento con los ojos de la vieja política (aunque que sea la vieja política de izquierdas), entonces es fácil que nos hallemos en la aquella tesitura de que "nos ven también a nosotros como parte del sistema".
Los hechos del Parlament
Creo que parte del movimiento se ha equivocado, no es correcto impedir que los diputados y diputadas del Parlament puedan acceder al hemiciclo. El sistema parlamentario, como ya he señalado anteriormente, tiene deficiencias y debe ser criticado, ésta es una vieja premisa que Marx señaló con rotundidad, la democracia real va más allá del sistema parlamentario que, en este momento de crisis, funciona menos democráticamente que nunca, sin embargo atención, ya que sin alternativa popular, de izquierdas y democrática podríamos coincidir con postulados totalitarios o fascistas, la democracia que tenemos puede ir a peor, por desgracia.
Por otra parte, con esta forma de enfocar la acción caemos en la trampa de tratar a todas y todos los políticos como iguales, y esto sólo refuerza al populismo / fascismo del PP, Plataforma x Catalunya o de otros, que con su corrupción, xenofobia y demagogia quieren desprestigiar a la política, o sea, a que esta nueva generación de gente joven no participe y llegue a cansarse y pensar que como todos y todas son iguales no hay alternativa política.
Es cierto que el 15-M clama que la alternativa son ellos y ellas, pero no nos engañemos, esta alternativa debe construirse y darle forma organizativa para poder tener continuidad y capacidad de lucha regular. No queremos una buena batalla, la lucha debe ser permanente, no los detendremos sólo con una buena acción movilizadora, hay que seguir luchando mucho tiempo
El espíritu del 15-M es democrático y de acción pacífica
Protestar ante el Parlamento en contra de la aprobación de unos presupuestos de recortes aprobados por CiU y PP es un derecho democrático; empujar, pintar y escupir a diputados u otros ciudadanos no lo es. El movimiento, a través de varios comunicados, ya se ha desmarcado totalmente de estas acciones.
El papel de los partidos de izquierdas es minimizar la violencia, condenarla y no participar en la criminalización del movimiento. El papel de los partidos de izquierdas es participar en el movimiento y fuera del movimiento en la acción política y social haciendo pedagogía y buscando la confluencia.
El papel de los partidos de izquierdas es seguir reforzando la movilización sindical, vecinal, de los hipotecados y del 15-M. Todas estas luchas son necesarias.
Los partidos de izquierdas tienen que saber que si la montaña no va a Mahoma (o tiene dificultades para hacerlo o lo hace con parcialidad), Mahoma debe ir a la montaña. Hoy, indignación es política y política debe ser indignación. Hace pocos días, el Alcalde de Olesa de Montserrat decía en el pleno de constitución del ayuntamiento, al tomar posesión de su cargo, que serían un "Ayuntamiento indignado". Tomemos nota, la indignación (por suerte) está aquí para quedarse, ya no es posible proyectar política de transformación de espaldas a esta situación, ya que la crisis y la respuesta ciudadana nos han señalado que de las plazas Tahir nacen nuevos parlamentos.
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