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Almuñécar contra la corrupción

La Casa Real no indigna a nadie

La Casa Real no indigna a nadie

Sergio Rojas Recuero

Diario de un cabrón

El próximo miércoles se cumplirá un mes del inicio de las protestas en la Puerta del Sol de Madrid. El sistema político en su práctica totalidad ha sido desde entonces sujeto de duras críticas por parte de un gran número de ciudadanos. Reivindicaban reformas que aportaran sentido común a los desorbitados salarios, las prebendas, las pensiones, los beneficios fiscales y el enriquecimiento en general de nuestros gobernantes y sus secuaces. Porque no es justo que la clase política mantenga semejante ritmo de vida a costa del pueblo. Que gracias a la falsa democracia imperante en nuestro país hayan establecido su chiringuito sin que nadie pueda hacer nada para remediarlo.

Pero me llama poderosamente la atención que dentro de la vorágine mediática ocasionada apenas se haya hecho mención a la institución que indiscutiblemente lidera esta práctica parásita consistente en vivir a cuerpo de rey con el dinero de los contribuyentes. Me refiero, cómo no, a La Casa Real.

Se borraron del mapa. En el mismo instante en que los motivos de las manifestaciones afloraron desatando una tormenta mediática, la familia real decidió guarecerse y esperar a que cesara el temporal. Resulta obvio que los medios de comunicación recibieron algún tipo de instrucción al respecto, pues durante el tiempo en que más ruido generó el movimiento 15M no era posible encontrar noticia alguna relacionada con la sangre azul. España fue una República durante dos semanas. Sin duda, en vista de la situación, asomar la cabeza no era una buena idea.

Y es que a los políticos al menos podemos elegirlos, pero a ellos no. La gente parecía haber obviado uno de los términos que definen nuestro actual sistema: Monarquía Parlamentaria. Las protestas se centraron en el ámbito de lo parlamentario y se olvidaron de la cúspide de la pirámide democrática española: la Jefatura del Estado. Un órgano inamovible personificado en la figura del Rey Juan Carlos I. Una familia establecida en la más absoluta opulencia a costa de los ciudadanos. ¿Por qué? Porque sí.

El nombramiento del entonces príncipe como sucesor al trono fascista supuso la opción menos mala, pues la peor hubiera sido la continuación de una dictadura militar. Su Majestad firmó la jubilación anticipada en el momento en que sancionó la Constitución de 1978, la cual le reconocía como Jefe del Estado y perpetuaría su posición privilegiada de forma vitalicia y hereditaria. Un texto que le atribuye multitud de poderes simbólicos y representativos, ya que todas las funciones unidas a la figura del monarca han de pasar o ser requeridas previamente por el Congreso de los Diputados. Mi pregunta es: ¿le importa verdaderamente el devenir de una nación a un individuo que acepta quedarse totalmente al margen a cambio de su trono? Supongo que los políticos de entonces pensarían: “Sí, sí, a este le ponemos la corona y que nos deje en paz“.

Según lo previsto en el artículo 62 de la C.E. corresponde al Rey proponer al candidato a Presidente del Gobierno, y en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución. Esto es: el pueblo vota y un partido gana las elecciones, su número uno es propuesto como Presidente por dicho partido, el Congreso vota su investidura y el Rey, lógicamente, lo nombra en el cargo. ¿Se imaginan al Rey rechazando a un Presidente de Gobierno? Yo no. Ni nadie. Aquí pues el ejemplo de atribución absurda.

Pero el artículo más importante para la familia real es el último, concretamente el punto subrayado:

Artículo 65.

1. El Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su familia y Casa, y distribuye libremente la misma.

2. El Rey nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares de su Casa.

Pero, ¿cuánto dinero es esa cantidad global?

Año 2007 …………………………………………… 8,289.970 euros

Año 2008 …………………………………………… 8,663.020 euros

Año 2009 …………………………………………… 8,896.920 euros

Año 2010 …………………………………………… 8,896.920 euros

Año 2011 ……………………………………………. 8,434.280 euros

Total últimos cinco años …………………….. 43,181.110 euros

(más de 7.000 millones de pesetas)

Los ingresos medios con los que una familia española mantiene su Casa son de 26.000 euros anuales, es decir, 130.000 euros en cinco años. Según estos datos la Casa Real recibe del Estado tanto dinero como 332 familias de ingresos medios.

El salario mínimo interprofesional en 2011 se sitúa en 640,41 euros al mes, lo que hacen 7,684,92 euros al año. La Casa Real ingresa en un año la misma cantidad que 1.158 ciudadanos que perciban el salario mínimo.

El Presidente del Gobierno cobra 78.185 euros anuales, 114 veces menos que la dotación de la Casa Real.

Alguno pensará: “Bueno, pero es que hay muchos gastos, con ese dinero pagan todo lo relativo a sus gastos, empleados del Palacio de la Zarzuela, viajes, etc“. Pues no.

Esa cantidad NO incluye:

- Casi seis millones de euros que figuran como “Apoyo a la gestión administrativa de la jefatura del Estado, destinados al pago de salarios de empleados de la Casa Real (más de 140 personas en plantilla).

- Mantenimiento y servicio del Palacio de la Zarzuela, mansión del Príncipe y Palacio de la Almudaina. Estos gastos corren por cuenta de Patrimonio Nacional, quien tiene un presupuesto de 140 millones de euros.

- Vehículos oficiales. El Parque Móvil del Estado se hace cargo. Presupuesto aproximado de 50 millones de euros.

- Gatos derivados de viajes de Estado, a cuenta del Ministerio de Exteriores.

Los salarios de la clase política son, en muchos casos, desorbitados. La voluntad de inyectar lógica y raciocinio en los números de nuestros gobernantes debe ser unánime. Pero, ¿qué pasa con la familia real? ¿A ellos sí se les permite el despilfarro?

No sé vosotros pero yo, después de leer esto, estoy indignado.

 

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