Legalizar las ilegalidades
Cuando IU presentó una moción diciendo que el tema de la vivienda joven era el tema de las viviendas ilegales, todos los grupos se nos echaron encima. Cuando dijimos que había que solucionar el problema de los compradores pero sin que los políticos y el empresario se fueran de rositas, nos dijeron que eso era lo de menos. Ahora han aprobado anular el acuerdo aquel en que decidieron hacer una ilegalidad (todos por unanimidad) para que sea la Junta la que legalice. Todo está muy bien, pero si aquel primer acuerdo fue ilegal, si el bloque se terminó a pesar de que un juez dijo que parasen las obras, ¿por qué el empresario hace el negocio y nadie le pide cuentas?
En Alhendín han hecho unos bloques con una altura que no debían tener. Allí hay gente humilde que ha comprado las viviendas, que son de VPO, y una solución le han dado. Eso está bien. Pero el promotor pierde mil millones de pesetas. Eso es lo que se tiene que hacer aquí porque si los negocios sucios salen gratis, seguirán haciéndolos, que ya vendrá alguien después a legalizar. Por eso nos ha parecido interesante poner aquí este comentario que hace en Ideal un buen periodista de esos que tanto molestan a nuestro alcalde
Quico Chirino (de su blog en Ideal)
El Ministerio de Defensa ha obligado a la promotora a demoler parcialmente nueve bloques en Alhendín por el chanchullo de los aviones, por los apaños de mesa de camilla, por las triquiñuelas de los planos, por querer robarle a la Policía. Por una vez, han perdido los que iban de listos y hemos ganados los capullos que no salimos de pobres.
En realidad, el pitorreo de los aviones no se debe ni a las plantas de más ni a los bloques de menos. Lo que en realidad enervó a los militares fue el choteo del concejal avezado y el promotor ambicioso. Que entre diálogos cervantinos y reflexiones en octosílabos quisieran pasarse a los militares por los cojones.
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