El camino para llegar a cualquier parte del mundo

Hugo Martínez Abarca

Doy por hecho que los correos electrónicos que Diego Torres filtró ayer son sólo la puntita. Son correos electrónicos cuya trascendencia más que penal es política pues evidencian que la razón por la que Urdangarín estaba en todos los fangos es que abría la puerta a la Zarzuela, al rey.

Los menos enterados ya sabíamos de la existencia de “una noble alemana” (La Vanguardia),  Sayn - Wittgenstein (El Mundo) o, lo más habitual “la amiga del rey” (imprescindible al respecto el artículo de Isaac Rosa de hoy en eldiario.es). El monárquico Zarzalejos ya nos había contado el año pasado que “su estrecha e íntima amistad con Corinna zu Sayn-Wittgenstein ha dejado de constituir un rumor para convertirse en una certeza, hasta el punto de que existe ya documentación acreditativa de que acompaña a Don Juan Carlos en viajes al extranjero y asume funciones de representación oficiosas”. Y desde que uno tiene memoria se sabe que el Borbón borbonea y que debe de haber un historial de bárbaras rey digno del mejor cazador de elefantes.

La importancia de lo que está filtrando Torres no está en que aparezca el nombre de Corinna, la amante del rey, en correos de hace ya ocho años. Lo que surge con su aparición en el Valencia Summit es la renovación de la pregunta: ¿qué ganaban los Matas, los Camps, el puñado de corruptos que daba cientos de miles de euros a Urdangarín regalándole este pastizal? Sabemos qué ganaba Urdangarín (mucho dinero), pero ¿a cambio de qué se lo daban?

Tras el conjunto de correos tan felizmente amables de Corinna a miembros del tinglado Noos, uno de éstos bromea con un objetivo de altos vuelos: casarse con Corinna. Y otro, un tal Mario, le contesta: “Ahí has estado torero, Francisco. Yo creo que éste es el camino para llegar a cualquier parte del mundo”. Urdangarín abría puertas fundamentales, pero Corinna nos haría llegar directamente a cualquier parte del mundo.

Lo que se deduce es que esa pasta se soltaba a la familia real (al yerno favorito hasta que fue cazado) para que el rey condujera a cualquier lugar del mundo. Destapa la farsa según la cual el papel del rey es meramente simbólico. Sabemos que todos los grandes corruptos de este país (desde Díaz Ferrán a Mario Conde y Javier de la Rosa pasando, cómo no, por el testaferro de Zarzuela Prado y Colón de Carvajal) se han arrimado muchísimo al rey. Sabemos que los pocos viajes que todavía hace (públicamente) el rey al extranjero son con grandes empresarios para conseguirles negocios. Sabemos que es capaz de poner una maquinaria de presión interna hasta para modificar la línea editorial de un periódico. Sabemos que el rey tiene una grandísima fortuna inexplicable y que cada vez que se denuncia tal fortuna la Casa Real anuncia una querella y que tal querella nunca se produce.

No, el papel del rey en España no es simbólico. Lo que es es opaco: sus funciones no son legales, pero ejerce una notabilísima influencia sobre todo porque sus artes van muy ligadas al modelo de democracia débil y capitalismo chanchullero que hemos gozado, al modelo de la escopeta nacional: las habilidades (políticas, entiéndase) del rey han estado muy centradas en la economía de grandes ladrones sobre la que ha cabalgado este país. Su papel de vértice de todo el tinglado político-económico que nos ha llevado a la ruina a casi todo el país no tiene nada de simbólico: acceder a la alcoba del rey era acceder al “camino para llegar a cualquier parte del mundo“, eso lo sabía cualquier corrupto con aspiraciones de este país.

Ahora que tanto protagonismo cobra la corrupción, ahora que señalamos como privilegiado a cualquiera que tenga un salario,… va siendo hora de señalar un eje protagonista de la corrupción en España que ha campado tranquilo gracias a sus privilegios formales e informales. Toda la podredumbre patria no habría sido posible sin que la lucecita de la Zarzuela iluminara el camino. Como explicó Juan Carlos de Borbón en su mensaje navideño de 2011, las personas con responsabilidades públicas deben dar ejemplo. Es lo que lleva haciendo él décadas: su ejemplo apasionado por el negocio opaco y las amistades peligrosas han sido el modelo para toda una élite política y económica que han conducido al país hacia la bancarrota interna y hacia la cuenta en Suiza.

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Llama mucho la atención que precisamente El Mundo hable de “chantaje al rey” con la filtración de los correos electrónicos. En los 90 El Mundo sirvió de altavoz a las filtraciones que realizaban Mario Conde y Perote con papeles de los GAL que evidenciaban que el gobierno de Felipe González estaba detrás de la banda terrorista. Seguramente el objetivo de Conde y Perote no era la defensa de los derechos humanos sino chantajear a González. Pero sólo quienes querían tapar ese terrorismo señalaban al dedo y no a la Luna. ¿Estará chantajeando Torres al rey? Seguramente: para ello tiene que saber a) que el rey es chantajeable, es decir, que tiene mierda; y b) que entre las influencias del rey está la de, de alguna forma, conseguir paralizar el trámite judicial o al menos aminorar los daños. Lo cual dejaría nuestra apariencia democrática aún más tocada de lo que ya está. Haría mal El Mundo en denunciar el “chantaje” en vez de señalar el tinglado corrupto grande: sería echar mierda sobre lo mejor (y más lejano) de su historia como periódico.